“Estamos profundamente alarmados por los presos que fueron liberados, o bien se fugaron, de las cárceles del país”, declaró ayer la portavoz del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Ravina Shamdasani, durante una rueda de prensa en Ginebra.
Estas liberaciones, a juicio de la portavoz, podrían desembocar en más violencia, dentro de un clima generalizado de impunidad y en medio de un progresivo y dramático deterioro de la situación de los Derechos Humanos en el país.
De momento no existen cifras concretas del número de presos que podrían haberse fugado de las cárceles del país. La corresponsalía de la cadena árabe Al Yazira informa de en torno a 25.000 fugados o liberados en ataques de grupos armados no especificados, pero esta cifra es prácticamente imposible de verificar dada la caótica situación reinante en Sudán.
El Ministerio del Interior sudanés denunció, que combatientes de las RSF irrumpieron en cinco cárceles del país y procedieron a liberar a todos los encarcelados durante unos asaltos que se cobraron las vidas de varios guardias. Los paramilitares, por contra, acusan al Ejército de estos ataques, destinados según las guerrillas a sacar de prisión a elementos islamistas relacionados con el antiguo régimen del dictador Omar al Bashir.
El autócrata se encuentra ahora mismo en un hospital del Ejército tras su traslado el pasado fin de semana de la cárcel de Kober, la más importante del país y también atacada por grupos armados, pero el exministro del Interior sudanés Ahmed Harun, miembro de la comitiva de Al Bashir y, como el expresidente sudanés, acusado de crímenes de guerra en Darfur, sí consiguió fugarse. (Europa Press).