El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi, indicó que el organismo, junto con gobiernos y socios, se está preparando ante la posibilidad de que más de 800.000 personas puedan huir de los combates en Sudán hacia los países vecinos.
Por su parte, la portavoz del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Olga Sarrado Mur, resaltó que el organismo calcula que «más de 100.000 refugiados figuran entre los que huyeron de Sudán hacia países vecinos, incluidos refugiados sudaneses, sursudaneses que vuelven a casa de forma prematura y otros que eran refugiados en Sudán».
De esta manera explicó que la cifra de 800.000 posibles refugiados por los combates es una proyección usada para planificación financiera y operacional. Del total, cerca de 600.000 serían refugiados sudaneses, así como refugiados acogidos por Sudán que buscan seguridad.
Sarrado Mur, recalcó que existe una falta de fondos y añadió que los países de asilo necesitarán apoyo adicional para dar protección y asistencia. «Entre las necesidades urgentes están el agua, la comida, el cobijo, la atención sanitaria, material de socorro, servicios de respuesta y prevención contra la violencia de género y servicios de protección de la infancia», aseveró.
Por otra parte, especificó que hasta el momento los movimientos transfronterizos más significativos, tuvieron lugar hacia Chad y Egipto, así como el desplazamiento de sursudaneses que están volviendo a Sudán del Sur. «La mayoría de las nuevas llegadas en Chad y Sudán del Sur son mujeres y niños», manifestó.
La portavoz de ACNUR confirmó además que el organismo desplegó la semana equipos de emergencia adicionales y activó la cadena de suministros global para responder a la emergencia, que provocó que algunos de los llegados a Chad tengan que estar durmiendo al raso o bajo árboles.
Por otra parte, reseñó que la suspensión de algunos programas en Sudán probablemente exacerbará las crisis que sufren los que dependen de la ayuda humanitaria para sobrevivir, mientras que más de 60.000 refugiados huyeron de la capital, Jartum, buscando seguridad en campamentos de refugiados en los estados de Nilo Blanco, Gedaref y Kassala.
Las hostilidades estallaron el 15 de abril en el marco de un aumento de las tensiones en torno a la integración de las RSF, lideradas por Mohamed Hamdan Dagalo, alias ‹Hemedti›, quien es además vicepresidente del Consejo Soberano de Transición, en el seno de las Fuerzas Armadas, parte clave de un acuerdo firmado en diciembre para formar un nuevo gobierno civil y reactivar la transición.
El proceso de conversaciones arrancó con mediación internacional después de que el jefe del Ejército y presidente del Consejo Soberano de Transición, Abdelfatá al Burhan, encabezara en octubre de 2021 un golpe de Estado que derrocó al entonces primer ministro de unidad, Abdalá Hamdok, nombrado para el cargo a raíz de los contactos entre civiles y militares luego de la asonada de abril de 2019, que puso fin a 30 años de régimen de Omar Hasán al Bashir. (Europa Press).