“Todas las partes deben proteger los derechos de los civiles”, reclamaron Turk, durante una sesión extraordinaria del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas en la que denunció bombardeos indiscriminados y que millones de personas «tengan ahora problemas para acceder a comida, combustible y dinero en efectivo».
Puso como ejemplo un ataque aéreo perpetrado la semana pasada cerca de Jartum y que afectó a las inmediaciones de un hospital, así como la toma de varios edificios de la capital por parte de las RSF para utilizarlos como bases de operaciones. «Estas tácticas ponen a los civiles en un grave peligro e impiden a la población acceder a suministros y ayuda críticos», advirtió.
La ONU pudo confirmar la muerte de al menos 487 civiles, pero «la cifra real es mucho mayor». Además, los combates entre el Ejército sudanés y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) provocaron unos 700.000 nuevos desplazados internos, mientras que más de 150.000 personas cruzaron las fronteras hacia países vecinos.
«También hemos recibido informaciones sobre supuesta violencia sexual por hombres uniformados, así como denuncias de ejecuciones extrajudiciales y desapariciones forzosas», añadió.
El Alto Comisionado instó a todos los países con influencia en la región a buscar por todos los medios posibles una resolución de la crisis, que para Turk, echó por tierra la esperanza que surgió en Sudán hace cuatro años tras la caída del régimen de Omar al Bashir, señalado por el Tribunal Penal Internacional y símbolo de décadas de tiranía.
Fue «un movimiento inspirado, en palabras de Turk, que recordó el retroceso que supuso el golpe de octubre de 2021 y las luchas posteriores de poder entre el jefe del Ejército y presidente del Consejo Soberano de Transición, Abdelfatá al Burhan, y el líder de las RSF, Mohamed Hamdan Dagalo.
«Es esencial que las dos partes se comprometan de manera urgente con un proceso político inclusivo y una paz negociada», enfatizó el principal responsable de la ONU para temas de Derechos Humanos. Así, confía en que los actuales contactos para un alto el fuego, deriven en una tregua humanitaria.
«Si se puede extraer una lección de esta trágica crisis, es la necesidad de que todos los acuerdos de transición se construyan sobre una base de rendición de cuentas, no discriminación y participación, para que la esa paz sea sostenible y estable, porque será justa», señaló. (Europa Press).