Las organizaciones, entre las que figuran varias que llevan a cabo labores de rescate como Médicos Sin Fronteras (MSF) o SOS Mediterranée, consideran evitables los fallecimientos en la que está ya acordadas la ruta migratoria más mortífera del mundo. Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), perecieron más de 2.200 personas este año en el Mediterráneo, más de 2.000 en la zona central.
Pese a estas cifras, los Estados miembro de la ONU, sobre todo Italia, están obstruyendo de manera activa los trabajos de búsqueda y rescate. El Gobierno italiano, que mantiene bloqueados tres buques y sólo autoriza los desembarcos en puertos lejanos, defiende la necesidad de adoptar medidas para frenar unas llegadas que alcanzan ya niveles récord, más de 100.000 este año.
Las nuevas medidas forman parte del largo historial italiano de criminalizar y obstruir estas actividades, aunque ello suponga contravenir las leyes internacionales que obligan a llevar a cabo rescates, reza el comunicado difundido por estas ONG, que temen que cada vez sean menos los barcos que operen en la zona.
El mensaje, urgente, se extiende también al conjunto de la UE: Si se sigue obstruyendo la asistencia humanitaria en el mar, probablemente veamos una drástica desaparición o incluso la desaparición de los barcos civiles de búsqueda y rescate en el Mediterráneo central a finales de año.
Las organizaciones instan a la UE a intervenir para que Italia revierta sus actuales políticas y permita a los barcos de las ONG seguir navegando, así como a trabajar para que haya corredores legales y seguros a los que los migrantes puedan recurrir sin necesidad de subirse a barcos que no son aptos para navegar. (Europa Press)