El impacto de la guerra entre Ejército y paramilitares en Darfur es muy difícil de calibrar por la falta de información al respecto, pero ONG y autoridades locales llevan denunciando prácticamente desde el estallido de los combates el 15 de abril un auténtico exterminio, retroalimentado por las disputas intercomunitarias que asolaron la región durante décadas.
“Exigimos el despliegue de mecanismos de supervisión de Naciones Unidas y del Consejo de Paz y Seguridad de la Unión Africana”, hizo saber la organización en un comunicado recogido por el medio panárabe Al Hadath. En la nota, los abogados aseguran que en las capitales de Darfur Norte, Centro y Oeste, El Fasher, Zalingei y El Geneina, están ocurriendo atrocidades merecedoras de ser consideradas como crímenes contra la Humanidad.
En lo que corresponde a cifras de víctimas mortales, imposibles de verificar, el gobierno de Darfur Occidental estima que al menos 1.000 personas murieron por la violencia en la capital, pero un informe del Sultanato de Dar Masalit, representante del pueblo masalit en la región entera, estima los muertos en más de 5.000 y los heridos en más de 8.000 entre el 24 de abril y el 12 de junio.
Esta misma semana, el presidente de la asociación, Salih Mahmoud, acusó a las instituciones internacionales de dilación y demora en responder a la situación de Darfur, responsabilizó a ambos bandos, a sus milicias tribales aliadas de perpetrar una campaña de genocidio y limpieza étnica.
“El asunto debe ser presentado ante el Tribunal Penal Internacional en La Haya porque ni nosotros ni la Unión Africana tenemos instituciones de justicia que sean capaces de manejar un caso así”, lamentó Mahmud en entrevista. (Europa Press).