Un niño de apenas dos años de edad fue diagnosticado con una enfermedad poco común en nuestro medio, denominada “Síndrome de Wiskott Aldrich”, que provoca debilidad, sangrados, erupciones en la piel, infecciones, entre otros, que además trae consigo riesgos aún peores, como adquirir un cáncer de linfoma o de piel.