El grave problema de contaminación de las aguas del lago Titicaca fue analizado en diversas oportunidades por gobiernos del Perú y de Bolivia que comparten la propiedad del mismo y que se ven afectados seriamente por el envenenamiento de las aguas. Hace poco, en reunión bilateral de autoridades de ambos países, se convino en la urgencia de encarar, “con seriedad y responsabilidad” el tratamiento debido de las aguas y que, para cumplir ese objetivo, se “reunirán comisiones técnicas especializadas” que, hasta ahora, no han mostrado ni señas de haberse reunido y menos de haber examinado seriamente el problema.