Más de 350 funcionarios municipales y 100 efectivos policiales, desplegaron su trabajo en dos turnos, pero no sólo se apostaron en las puertas del Cementerio General o en su interior y evitar el consumo de bebidas alcohólicas, sino el control abarcó las inmediaciones del cementerio. Las calles colindantes se movieron en la dinámica comercial ofreciendo accesorios de diverso tipo, variedad de platillos populares, las infaltables gaseosas y refrescos artesanales, además de ropa, juguetes, entre otros.