Las industrias contaminantes, la expansión de tierras para la agroindustria con uso de agroquímicos, los excesivos cultivos de coca que degradan los suelos, la extrema explotación maderera y los descontrolados chaqueos representan algunas de las actividades con fines comerciales más agresivas con las cuales se ha contribuido al desequilibrio ambiental en Bolivia. El efecto de estas acciones se manifestó en la ausencia de lluvias y, consecuentemente, en la escasez de agua.