Braulio Hito, el “rey de las cantinas”, volvió a Bolivia luego de 18 años de haberse dedicado al evangelio. Decepcionado de los líderes religiosos decidió apartarse de ellos, pero no de Dios. El intérprete de boleros “cortavenas”, reveló que vivió en la “miseria”, que trabajaba como cargador en Nueva York, porque no le alcanzaba lo que le pagaban.