Ante la realidad de migrantes venezolanos que pasan a Chile por la frontera con Bolivia, pasando frío, calor y hambre, además soportando situaciones dramáticas, instituciones eclesiales que trabajan en favor de estas personas hacen un llamado a los gobiernos boliviano y chileno a dar una respuesta a la migración forzada y promover políticas públicas basadas en el respeto a los derechos humanos, a la libertad de tránsito y protección internacional.