“Dakar es correr con el alma y dejar una parte del corazón en cada kilómetro”, decía uno de los espectadores del rally más aventurero del mundo, que en su versión 2017, este sábado, a su paso por la sede de Gobierno, recibió el afecto y la hospitalidad de miles de paceños; bolivianos que más allá de un festejo deportivo vivieron una fiesta de hermandad alrededor de intrépidos pilotos “todo terreno”.