La ignorancia nos hace más felices. También más tontos, pero tontos contentos. Dicho esto, te invito a que dejes de leer este blog. Si sigues haciéndolo, tu vida se llenará de alimañas y sabandijas. Las excursiones al campo serán experiencias aterradoras. Por las noches, bajo las sábanas, sentirás el roce de unas patas peludas, y no me refiero a las piernas de tu pareja, en el supuesto de que la tengas. Y al hacer la compra, mirarás con aprensión el mostrador de la fruta, sobre todo los plátanos.