Al principio, los científicos determinaron cómo la intensidad y la forma de la señal de localización se comportan entre sí, según el tipo de objeto. "Encontramos que esta proporción siempre es constante para los mismos objetos", dice von der Emde. "Y esto se aplica independientemente de su distancia u otros parámetros ambientales". "Por lo tanto, una larva de mosquito tiene en realidad un 'color eléctrico' constante, que es claramente diferente al de otras larvas, partes de plantas, miembros de la misma especie u otros peces", sostuvo Martin Gottwald, del Instituto de Zoología de la Universidad de Bonn.