Los activistas del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos cifraron en 332 los fallecidos durante los combates contra las fuerzas yihadistas recién expulsadas de la cárcel siria de Ghueiran, en la provincia de Hasaka, tras una semana de enfrentamientos en lo que se ha considerado como uno de los mayores asaltos de Estado Islámico desde su derrota territorial en el país.