Cuando se ingresa por vía terrestre a la provincia Vaca Diez, desde Rurrenabaque, se observa la “sabanización” del territorio, que en el siglo pasado estaba poblado de gigantescos árboles de castaña, algunos de ellos de más de 50 metros de altura. La pérdida de cobertura forestal y su persistente reemplazo por pastos, en criterio del biólogo Vincent Vos de Cipca, sería un proceso irreversible.