El Santiago Bernabéu disfrutó por primera vez en mucho tiempo de una noche plácida, de las de antaño, sin los sobresaltos a los que estuvo sometido el público del Benito Villamarín, que contempló un duelo dramático, sin margen de error, entre dos equipos presa del desencanto, el Betis y el Celta. El conjunto de Zinedine Zidane se divirtió. Ha sido habitual ver padecer en su feudo al cuadro blanco. Pero goleó con autoridad y solvencia (5-0) al Leganés, un equipo desfigurado y sin espíritu competitivo, que se llevó cinco goles y que pudo recibir un castigo aún mayor. La noche fue plácida con un partido sentenciado en diez minutos, lejos de la incertidumbre de los choques ante el Levante y el Granada. Fue la revelación de Rodrygo, el encuentro con el gol de Luka Jovic y el buen nivel de Toni Kroos y, sobre todo, de Karim Benzema, que formaron parte de la relación de anotadores que completó Sergio Ramos. Todo salió al antojo y a la espera de empresas mayores el Real Madrid se sitúa a la estela del Barcelona, líder, con el que tiene un punto de desventaja y otro sobre el Atlético Madrid, Sevilla y Granada, que el jueves visita a Getafe. EFE