La primavera italiana nacía y la primera experiencia de Hernán Crespo, del otro lado de la línea de cal, súbitamente moría. Marzo, 2016. En la Serie B, Modena perdía frente a Cagliari su tercer partido consecutivo y Massimo Taibi decidía despedirlo. Retirado de los cortos en 2011, arrancó un año después el curso de director técnico y el día de su 38° cumpleaños, recibió el título de entrenador de Primera Categoría-UEFA Pro. El mercado, por aquel entonces, daba para eso nomás. Hasta que un día de 2018, cuando la primavera argentina nacía, Crespo fue a Banfield. Sin embargo, con apenas cuatro triunfos en 18 partidos, debió volver a armar las valijas. Hasta que llegó Defensa a su vida a comienzos del 2020. “Para la próxima vez que me pregunten si estaba loco porque me vine de Italia a la Argentina, acá tienen la respuesta...”, bromea el DT campeón de la Copa Sudamericana. “Para mí (el camino) comenzó cuando agarré los libros y me puse a estudiar en Coverciano. ¡Mirá si no habrán pasado cosas en el medio! Estoy orgulloso de lo que hice como jugador. He alcanzado algunos objetivos, otros no... Yo pongo una idea arriba de la mesa y ellos la toman. Sin ellos, seríamos una acumulación de conceptos. Todos nos vamos a acordar de la Copa, de la premiación, de los festejos, pero la ruta fue durísima. Hubo momentos que estuvimos de rodillas y nos supimos levantar...”, relató. “Lo lindo de Defensa y lo que han dejado estos jugadores es que si vos te dedicás, si tenés disciplina, si tenés la fuerza de hacerlo cada día sin bajar los brazos, todo es posible. Nada te garantiza un resultado. Pero el resultado es consecuencia de los entrenamientos, de las formas, de las intenciones. No hay que cortar camino...”, explicó. “El jugador de fútbol tiene ganas de aprender y vos le tenés que dar material para que se sienta más tranquilo, herramientas para darle soluciones. Ese es el mensaje que este equipo le dio al fútbol y a la sociedad: que podés pertenecer a un lugar chico pero ser realmente grande. No sólo es social sino deportivo. Creer, no darse por vencido, sostenerse en las dificultades...”, sostuvo el timonel, quien aún festeja el título.