Atribulada por caer en el cuarto partido en los 煤ltimos siete Mundiales,聽M茅xico聽se fue de Qatar en el tercer encuentro de la fase de grupos. Se ahog贸 en la orilla el equipo que dirige Tata Martino, que gan贸 a Arabia Saud铆, le marc贸 dos goles, pero se qued贸 a uno de la clasificaci贸n en una triste epopeya que puede significar el final del t茅cnico argentino al frente de uno de los banquillos m谩s calientes del mundo. En la comparaci贸n con pasadas actuaciones sale perdiendo Martino, pero la sensaci贸n es que聽M茅xico no s贸lo ha perdido nivel respecto a citas pasadas聽sino que vuelve a penar por la inexperiencia de sus futbolistas en Ligas m谩s competitivas que la azteca. Siete jugadores de la competici贸n local comenzaron el partido en el equipo que se aline贸 en una cita decisiva que acab贸 en fiasco a pesar de los merecimientos finales, de聽un postrero bombardeo que llev贸 hasta 25 la cifra de remates intentados, casi la mitad de ellos entre palos.
A veinte minutos del final, y la expectativa de un a帽adido generoso, el grader铆o mexicano entr贸 en ebullici贸n. La tricolor venc铆a por 2-0 a Arabia y desde el duelo entre Polonia y Argentina llegaron las noticias que abonaban el escenario m谩s retorcido, un marcador id茅ntico favorable a los chicos que dirige Lionel Scaloni y que llevaba la resoluci贸n del grupo al pen煤ltimo supuesto de desempate, el que favorec铆a a quien menos tarjetas amarillas acumulase entre polacos y mexicanos. Los aztecas llevaban dos m谩s, as铆 que despu茅s de remar como titanes para regresar al Mundial cuando ya todos les aguardaban de salida se abocaron a que un nuevo gol, suyo o argentino, les llevase a octavos de final.
M茅xico jug贸 con fe y con pasi贸n. Seguramente聽le falta el talento de otros combinados de pasados Mundiales, pero con el agua al cuello se desat贸 los cors茅s, aparc贸 el lastre de las desmesuradas expectativas que siempre rodean al equipo y se lanz贸 a por Arabia, un equipo que si algo hab铆a demostrado en partidos anteriores era vigor y nervio. Contra M茅xico, cuando sab铆a que un triunfo le daba una clasificaci贸n hist贸rica a la siguiente fase del campeonato, el equipo saud铆 se diluy贸. Lo hizo adem谩s ante un grader铆o en el que su gente era mayor铆a. Con todo, se marcha tras dejar un buen regusto. Ha sido incapaz de hacer valer su sorprendente triunfo inicial ante Argentina, pero elev贸 el nivel respecto a pasadas comparecencias mundialistas, en las que no hab铆a pasado de paria.
Arabia se cay贸 ante el empuje mexicano, ante un equipo que parti贸 mand贸n, baj贸 el ritmo, pero se dispar贸 con dos goles casi consecutivos en el inicio de la segunda parte. Todo ocurri贸 en un ejercicio futbol铆stico arrebatado, un frenes铆 pasional en el que un equipo que hab铆a transitado por sus dos primeros partidos sin marcar gol gener贸 opciones de todos los colores. A los 谩rabes les doli贸 en especial la estrategia y las transiciones. La pelota parada fue un fil贸n para los mexicanos, que en cada saque de esquina olfateaban el gol. Lo encontraron en uno que toc贸 casi a ras de suelo el central Montes y remach贸 Henry Mart铆n. Poco despu茅s el zurdo Ch谩vez coloc贸 un libre directo en la escuadra y todo se agit贸.
Arabia abdic贸 en ataque. No encontr贸 caminos con la pelota, pero se aplic贸 para guardarse de una goleada y M茅xico lo sufri贸 porque ni las cuentas le sal铆an ni Argentina les hac铆a un favor ni el videoarbitraje valid贸 dos goles que llegaron tras sendas posiciones antirreglamentarias. Con el equipo volcado, Arabia encontr贸 un magro consuelo con un gol de Aldawsari que nada cambi贸 para los mexicanos: si marcaban estar铆an en octavos. Pero no fueron capaces de hacerlo.
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