Bullicio en un aula universitaria. Es el primer día de clases. Con una sola presencia llega el silencio y atención absoluta, pero al ver quién es el docente, crece sistemáticamente el cuchicheo… “es Laime, el nuevo ‘cate’, ¡el arquerazo …!”, es el comentario generalizado. Vuelve el silencio porque ahí, en frente, los futuros abogados y abogadas tienen como su guía a un hombre joven, casi igual que ellos.