Romel Quiñónez volvió al fútbol y su presencia en el campo de juego alegró hasta a los ocasionales rivales de Real Potosí, quienes lo felicitaron y dieron una voz de aliento. “Una alegría inmensa, no puedo ni expresar la emoción que siento de volver a las canchas, de hacerlo de esta manera, como comencé en Tembladerani, luego de una lesión que todo el mundo sabe como fue”, dijo con una emoción que le iluminaba el rostro al golero nacido en San José de Chiquitos. Lo importante para Quiñónez fue que disputó los noventa minutos, luego todo será paso a paso. Ayer, estuvo como número uno del plantel de Reservas de Bolívar, lo hizo bastante bien, con la solvencia que le da su categoría de jugador internacional. “Yo me siento tranquilo, gracias a Dios que soy una persona que luchó mucho, que aprendió bastante de la vida, la cabeza la tengo bastante bien, no me presionó con nada y no aflojé; el partido estuvo lindo, el primer tiempo lo regalamos y en el segundo tiempo fuimos eficientes para definir, pudimos sacar una buena diferencia”, señaló el golero. En todo caso, aclaró que gracias al buen trabajo de sus compañeros, no fue muy exigido, pero estaba concentrado, “traté de vivirlo, de estar bien posicionado, todo tranquilo”. Durante todo el partido, el golero estuvo dando indicaciones, ordenando su zaga, a fin de que los rivales no lleguen con ocasiones de gol, por lo demás, todo estuvo dentro los márgenes permitidos, su equipo goleó y todos se marcharon felices. “A la mayoría de los jugadores jóvenes los conozco, por eso les hablé, traté de inculcarles confianza, soy de esas personas que me gusta hablarles en la cancha, los chicos también educados me escucharon”, dijo el golero, quien tuvo el apoyo de Beñat San José y algunos de sus compañeros, quienes lo apoyaron bastante. Volvió Quiñónez, el fútbol se alegró.