La competencia está orientada a los negocios que enfrenten los desafíos de esta época de crisis financiera. “Estamos contentos porque hemos superado en casi 1.000 la cantidad de inscritos; el año pasado fueron 3.583, cifra que en este entonces también era un récord. El concurso ha ido creciendo en el tiempo y también ha mejorado aprendiendo de sus errores y corrigiéndolos”, explicó el presidente de la fundación que lleva el nombre de su padre, Samuel Doria Medina Auza.
La mayoría de los inscritos (el 53%) son mujeres, lo que repite una tendencia ya observada en los concursos previos. El departamento con más postulantes es La Paz, con 37% de la lista de inscritos, de los cuales más del 5% pertenece a El Alto. En segundo lugar, está Santa Cruz, con casi 22% y, en el tercer puesto, Cochabamba, con casi 15% de los inscritos.
A continuación, fuera del eje, se ubican, en orden decreciente, Tarija, Chuquisaca, Oruro, Potosí, Beni y Pando. La mayoría de los postulantes (53%) representa a negocios que ya están en marcha. El resto presentó ideas de negocios aún por crear.
El concurso concede capital semilla a las ideas de negocios y a los emprendimientos ya establecidos que demuestren más potencial de mercado y más posibilidades de convertirse en empresas exitosas.
Entrega ocho premios; el principal es de 50.000 bolivianos, el segundo de 30.000 y el tercero de 20.000. “El año pasado los premios principales eran más bajos; ahora hemos hecho un esfuerzo mayor para animar a que participen en el concurso más proyectos. Esta es una de las razones por la que hemos logrado más inscripciones”, apuntó.
Ahora, el equipo de la Fundación realizará una labor de selección de los proyectos más interesantes y seleccionará cien. Luego, entrevistará a los emprendedores y se quedará con 15 finalistas. Estos deberán presentar sus proyectos a un jurado de especialistas en distintos ramos de los negocios en Bolivia, ante el que demostrarán que sus ideas son viables, tienen potencial de mercado y posibilidades significativas de éxito.