“La situación en Sudán es cada vez más preocupante y desgarradora. Más de 330 personas fallecieron hasta ahora y cerca de 3.200 resultaron heridas. Condeno toda la pérdida de vidas, especialmente los ataques contra civiles e instalaciones sanitarias”, dijo.
Así, subrayó en un comunicado publicado en su cuenta oficial en la red social Twitter que «las informaciones sobre fuerzas ocupando instalaciones médicas son profundamente preocupantes» y recordó que «los ataques contra el sistema sanitario son una violación flagrante del Derecho Internacional y el derecho a la salud». «Deben parar», ratificó.
«La falta de acceso seguro, electricidad, comida, agua, personal y la disminución de suministros médicos hacen casi imposible que muchas instalaciones médicas funcionen, en el preciso momento en el que miles de heridos necesitan atención urgente», lamentó.
Por ello, Tedros reclamó a las partes que respeten la tregua para que los atrapados por los combates puedan buscar refugio, los civiles puedan obtener comida, agua y medicinas y los pacientes puedan buscar la atención médica que necesitan. «La paz es la única solución», exhortó.
El Ejército y las RSF pactaron el martes un alto el fuego humanitario de 24 horas, si bien no llegó a entrar en vigor por la continuación de los combates, lo que derivó en un intercambio de acusaciones sobre la responsabilidad en lo sucedido. Las partes acordaron nuevamente el miércoles un alto el fuego que estuvo en vigor hasta las 18.00 horas de ayer, si bien los enfrentamientos han continuado.
Las hostilidades estallaron el sábado en el marco de un aumento de las tensiones en torno a la reforma del aparato de seguridad y la integración de la fuerza paramilitar –lideradas por Mohamed Hamdan Dagalo, alias ‹Hemedti›, quien es además vicepresidente del Consejo Soberano de Transición, en el seno de las Fuerzas Armadas, parte clave de un acuerdo firmado en diciembre para formar un nuevo gobierno civil y reactivar la transición.
El proceso de conversaciones arrancó con mediación internacional luego de que el jefe del Ejército y presidente del Consejo Soberano de Transición, Abdelfatá al Burhan, encabezara en octubre de 2021 un golpe de Estado que derrocó al entonces primer ministro de unidad, Abdalá Hamdok, nombrado para el cargo a raíz de los contactos entre civiles y militares luego de la asonada de abril de 2019, que puso fin a 30 años de régimen de Omar Hasán al Bashir. (Europa Press).