Según detalló Cordero desde que Gabriel Boric ascendió a la Presidencia chilena hace exactamente trece meses, las autoridades detuvieron a unas 6.000 personas, pasando de 40.000 a 46.000 reclusos.
«Tenemos una infraestructura penitenciara desde el año 2012, solo con capacidad para 41.000 o 42.000 personas. Las proyecciones de la Gendarmería son para principios del próximo año sobre 50.000 (presos), es probable que un poco más», explicó.
Cordero apuntó que este asunto preocupa a las autoridades chilenas, si bien reconoció la complejidad para darle la vuelta a la situación, pues la construcción o remodelación de cárceles son proyectos que se planifican en un Gobierno y se ejecutan en otro.
Más tarde, el subsecretario de Justicia, Jaime Gajardo, anunció que el Ejecutivo chileno está evaluando la posibilidad de construir una nueva cárcel de máxima seguridad que permita aislar a los cabecillas del crimen organizado, a la par que alivia la tensión en el resto de prisiones.
«Estamos proyectando la construcción de más módulos y también de otra cárcel de máxima seguridad que nos permita tener ahí a los líderes de las bandas criminales», confirmó Gajardo. (Europa Press).