Las ADF, creadas en Uganda en la década de los noventa, sufrieron una escisión en 2019 luego de que Musa Baluku, sancionado por Naciones Unidas y Estados Unidos, jurara lealtad al grupo yihadista Estado Islámico en África Central (ISCA), bajo cuya bandera actúa desde entonces.
Fuentes de la sociedad civil y los notables tribales describen el ataque como la primera vez que las ADF se atreven a aparecer en el interior del país. Hasta ahora, sus actividades se habían circunscrito al territorio de Beni, también en Kivu Norte pero muy cerca de la frontera con Uganda y en la provincia de Ituri, en el norte del país, concretamente en Irumu y Mambasa.
Naciones Unidas acusó al grupo de la ejecución en torno a 1.200 civiles durante 2021, según un informe publicado en enero del año pasado por la Oficina Conjunta de la ONU para los Derechos Humanos en la República Democrática del Congo (RDC). (Europa Press).