Grupos de activistas han comenzado los cortes de calles en la ciudad y parte de ellos ha marchado contra las barreras policiales que protegen la Knesset o Parlamento israelí.
Los agentes lograron contener la embestida de los manifestantes, según recoge el diario israelí ‘Yedioth Aharonoth’. Las fuerzas de seguridad han empleado cañones de agua y cargas violentas para desalojar a los asistentes.
La Policía informó en concreto de que los manifestantes han cortado en una manifestación no autorizada la autopista Begin. «En los últimos momentos han irrumpido en la carretera, poniéndose en peligro y han cortado la autopista Begin en la zona de Kiryat Moshe», dijo un portavoz policial.
«Hay fuerzas policiales en camino para desalojar a los manifestantes y reabrir la carretera al tráfico», ha indicado, según el ‘Yedioth Aharonoth’.
Mientras, en Tel Aviv, epicentro de las protestas de las últimas semanas, la Policía ha acordonado la calle Kaplan, tradicional lugar de reunión de los manifestantes contrarios a la reforma judicial.
El movimiento Kaplan, principal organización tras la convocatoria de las protestas contra la reforma judicial, advirtió de que seguirán movilizándose «hasta el final».
«El Gobierno de la destrucción ha votado en Knesset aplastar al Estado de Israel tal como lo conocemos. Vamos a luchar hasta el final amargo. Vamos a seguir adelante con tesón en la lucha, que sólo terminará con la vuelta de Israel a la democracia», subrayó el grupo, responsable de las 29 semanas de protestas consecutivas contra la reforma.
«El Estado de Israel pertenece al pueblo de Israel y no a un régimen monárquico. Ahora es necesario que todos demos un paso al frente y luchemos como nunca antes. Que no haya ninguna duda. Solo acabamos de empezar», destacó.
La gran manifestación convocada frente a la Knesset contó con la presencia de antiguos altos cargos militares y civiles israelíes y con dirigentes de la oposición.
Por su parte, el presidente de la principal confederación sindical israelí, Histadrut, Arnon Bar-David, ha adelantado su intención de convocar una huelga «que, de ser necesario, se convertirá en huelga general».
«En los últimos días he hecho todo lo posible para conseguir un consenso. La pelota está en el tejado del primer ministro, Benjamin Netanyahu. Se ha perdido la oportunidad de sanar el cisma del pueblo israelí», afirmó.
Histadrut presentó durante el fin de semana una propuesta para intentar lograr un acuerdo entre el Gobierno y la oposición, pero el partido Likud de Netanyahu rechazó de plano la iniciativa a pesar de contar con el respaldo del principal partido de la oposición, Yesh Atid.
La Knesset ha aprobado este lunes la ley que anula la denominada cláusula de sensatez, que habilitaba hasta ahora a los tribunales para anular una decisión del Gobierno si considera que va en contra del sistema democrático. La ley ha sido aprobada con 64 de los 120 votos favorables de la Knesset y cero votos en contra, ya que la oposición ha abandonado el pleno en protesta por la iniciativa. (Europa Press)