Desde la gestión de Evo Morales se destinó miles de millones de dólares al área rural con el objetivo de avanzar en la seguridad alimentaria y soberanía, pero los conflictos en Perú mostraron que Bolivia a pesar de los recursos invertidos depende de la producción foránea.
Los economistas indicaron, en su momento, que el tipo de cambio es un desincentivo a la producción agrícola, pues el ingreso de papa más barata del Perú desalienta a los productores, y prefieren comercial con la mercadería peruana, y no sembrar.
Además, en la década pasada se destinó recursos a la mecanización del campo, con la compra de alrededor de 3.000 tractores, y a la fecha se desconoce el destino de la maquinaría y los resultados obtenidos.
Ya el docente e investigador Lucio Tito indicó que no se llegó a la seguridad alimentaria y mucho menos a la soberanía, debido a que los programas no coordinan el trabajo, debido a que se destina recursos casi a un mismo proyecto o región.
Recordemos el Fondo de Desarrollo para los Pueblos Indígenas Originarios y Comunidades Campesinas (Fondioc) destinó millones al área rural para aumentar la producción agrícola, y no se conocen los resultados, y luego se destapó la corrupción y los desvíos de los fondos a militantes del Movimiento Al Socialismo (MAS):
Ahora nuevamente vienen con destinar recursos a programas que no se sabe si son para generar empleos para la militancia o para aumentar la producción.