Cientos de miles de personas han vuelto a salir ayer a las calles de las principales ciudades israelíes en la que es ya la 30º semana consecutiva de protestas contra la reforma judicial que impulsa el primer ministro, Benjamin Netanyahu, y la primera manifestación sabatina después de una semana de agitación tras la aprobación de la primera ley, que reduce las competencias judiciales para controlar al Gobierno.
La reforma judicial impulsada por Netanyahu y su gobierno de derecha, cuya primera parte se aprobó este lunes, ha desencadenado una crisis sin precedentes y ha abierto una profunda brecha social. El plan del Gobierno ha hecho tambalearse el compromiso de llamar a filas de algunos reservistas del ejército, al tiempo que ha suscitado severas advertencias de las agencias de calificación sobre las consecuencias económicas.
Desde una remota intersección entre las frondosas colinas del norte de Galilea hasta las avenidas que cruzan el centro financiero de Tel Aviv, los manifestantes, tocando tambores y haciendo sonar las bocinas, han salido a la calle en una calurosa tarde al final del Sabbat. Se han producido protestas en Tel Aviv, donde las estimaciones citadas por medios locales indican que más de 170.000 personas se han concentrado, pero también se han reproducido en Jerusalén, Rehovot, Ramat Gan, Ramat Hasharon, Haifa, Bat Yam, Karkur, Kfar Saba, Rishon Lezion, Modiin, Herzliya, Hod Hasharon, Beersheba, Netanya, Raanana, Givat Shmuel, Petah Tikva, Ashdod y Eilat.
Los manifestantes denuncian a la Policía por el uso excesivo de la fuerza
Este sábado ha generado polémica la exhibición en Tel Aviv por parte de los manifestantes de fotografías de policías tomadas durante las protestas previas que, según denuncian los manifestantes, se están extralimitando en sus atribuciones y en el uso de la fuerza, informa la prensa israelí.
Los manifestantes denuncian un uso excesivo de la fuerza con puñetazos, estrangulamientos, patadas y latigazos de jinetes durante las manifestaciones de la pasada semana en momentos en los que la protesta fue pacífica. Además, señalan que los agentes portaban cascos que evitaban su identificación y no llevaban su placa conforme a normativa.
En los carteles exhibidos ayer se pueden ver claramente las caras y se incluyen los nombres de los agentes implicados. La Policía ha anunciado en respuesta la apertura de una investigación por un presunto delito de incitación a la violencia, insultos a un funcionario público y difamación. “La Policía de Israel insta a la gente a evitar publicaciones que dañen a policías y sus familias o los difamen”, señaló el comisario de la Policía israelí, Yaakov Shabtai.
El ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, ha denunciado por su parte “la campaña para avergonzar e incitar a la violencia obra de anarquistas que tiene como objetivo a los heroicos policías de Tel Aviv, que protegen a la gente cada semana para aplicar la ley y mantener el orden público”. (Rtve).