La investigación externa a la que había pedido ser sometido Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), determinó que el funcionario diplomático no violentó las normas internas del organismo continental, despejando toda duda sobre la integridad de su mandato, luego de que una denuncia anónima de junio de 2022 sembrara sombras sobre su conducta.
El informe favorable de Miller & Chevalier al que accedió Infobae, concluye que Almagro no cometió ningún tipo de irregularidad durante la dirección de la OEA, institución que conduce desde mayo de 2015. No obstante, los investigadores resaltaron que el diplomático uruguayo sí pudo haber infringido las Normas y Reglamentos que hacen referencia a las disposiciones sobre «sentido común y buen juicio, y otras obligaciones éticas».
Es decir, a Almagro los peritos independientes sólo le llamaron la atención «por las formas», de acuerdo a una fuente radicada en Washington, donde funciona la sede del organismo. Esa referencia jurídica al «sentido común y buen juicio» no está reglamentada dado que responde a la subjetividad de cada individuo, explicaron desde la capital norteamericana.
El informe, que aún no se hizo público, destaca que Almagro «evitó cualquier conflicto de interés» y que su relación no afectó al organismo multilateral americano. Resaltan que el uruguayo «mantuvo una adecuada distancia jerárquica y administrativa» con la mujer implicada en el caso y que no participó de procesos que pudieran involucrar a las partes.
«Su relación personal no interfirió en su trabajo y en sus tareas como secretario general», dijo un abogado que leyó el informe final. «Esa es la conclusión a la que llegaron», añadió.
Además, entre las conclusiones, los abogados que participaron de todo el proceso resaltaron que Almagro jamás «disimuló» u «ocultó» el vínculo que tuvo con la empleada de la institución. «Siempre se supo, era público».
REACCIÓN DE ESTADOS UNIDOS
El embajador de los Estados Unidos ante la OEA, Frank Mora, se refirió de inmediato a las conclusiones a las que arribó la investigación independiente. «Hemos recibido el informe realizado por Miller y Chevalier, que la OEA contrató para investigar las acusaciones relativas a una relación entre el Secretario General Luis Almagro y un empleado de la OEA. Según nuestra lectura inicial, el informe parece exhaustivo y justo», señala el diplomático.
«El informe concluye que la relación del Secretario General no violó ninguna de las normas y reglamentos de la OEA en materia de contratación, compensación, viajes o conflicto de intereses», añadió Mora a Infobae. El embajador también instó a otros miembros del organismo a pronunciarse y señaló que desde el Departamento de Estado también recomiendan «revisar y actualizar las normas y reglamentos de la OEA y su código ético».
También destacó la celeridad y la manera en que se manejó el organismo y la colaboración de Almagro: «Elogiamos a la OEA por la manera expedita y transparente en que ha manejado este asunto, y a la Secretaría de la OEA por su cooperación con la investigación».
LAS SOSPECHAS DE ALMAGRO
Cerca de la oficina de Almagro sospechan que la denuncia tuvo un claro objetivo político de apartarlo de la OEA. Desde un comienzo se intentó vincular el caso con el de Mauricio Claver-Carone, el norteamericano que presidió durante algo más de un año el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y debió renunciar por haber mantenido una relación amorosa con una empleada de la entidad monetaria. En aquel entonces, el funcionario de los Estados Unidos también había sido denunciado mediante un correo electrónico anónimo.
Desde Washington aseguraron que la denuncia tenía por objetivo «la destitución de Almagro y la destrucción de la OEA como principal foro multilateral de las Américas».
Las sospechas van dirigidas sobre todo a México y la Argentina. Del entramado, creen, también participó Bolivia. Cerca de Almagro concluyen: «Algunos prefieren otros organismos en el continente… uno que defienda a las dictaduras. De hecho, los dictadores, los violadores de los derechos humanos, los que cometieron crímenes contra la humanidad y los criminales de guerra preferirían otro Secretario General». (Infobae)