El representante en Sudán del Fondo de la ONU para la Infancia, Mandeep O’Brien, es tajante: “Los niños y niñas son los más afectados por el conflicto en Sudán”. “Están muriendo y se les está arrebatando su futuro”, dijo, en alusión a los efectos de la violencia en servicios básicos como la educación o la atención sanitaria y a la falta de protección en un contexto caótico.
Ya antes de la crisis actual, que enfrenta al Ejército sudanés con las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), paramilitares, 8,5 millones de niños necesitaban ayuda humanitaria, 2,7 millones sufrían desnutrición y unos siete millones no iban a clase, como recuerda el director de Save the Children en el país africano, Arshad Malik, que ve urgente garantizar el acceso a alimentos, agua y atención médica. “Sus vidas están en peligro”, señala en un comunicado.
En este sentido, el responsable de World Vision, Emmanuel Isch, alertó que los niños corren el riesgo de morir o sufrir daños físicos y de desarrollo si no tienen acceso a la ayuda alimentaria y nutricional». «Sin paz», añadió.
Unicef, World Vision y Save the Children reclamaron en un comunicado conjunto que se mantenga el alto el fuego y se reanude la asistencia humanitaria. Piden también garantías para que puedan recibir la ayuda básica que requieren y que sigan acudiendo a clase, ya que cada día que pasan fuera de la escuela les acerca al no retorno, especialmente en el caso de las niñas.
Las dos representantes de la ONU coinciden en que «la paz sigue siendo la mejor solución para detener los abusos contra los niños». «Instamos a todas las partes a anteponer los compromisos de paz y a incluir apartados específicos sobre infancia», propusieron en una nota. La «plena protección» de los niños es el principal objetivo. (Europa Press).