Ambos mandatarios se reunieron en la localidad polaca de Suwalki, a poco más de 20 kilómetros de la frontera con Lituania y a menos de 50 de Bielorrusia. Allí Morawiecki, abogó por fortalecer la presencia militar fronteriza junto con Lituania.
Morawiecki incidió en que Varsovia lleva estos últimos años protegiendo a la población polaca de grandes amenazas, como la pandemia de coronavirus, la crisis energética y económica, ahora la guerra en Ucrania. «Hoy defenderemos firmemente la frontera polaca», añadió.
Así, ante las provocaciones del Grupo Wagner y el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, Morawiecki abogó por fortalecer la línea defensiva también con fortificaciones físicas, fortalecer la Guardia Fronteriza y aumentar el número de guardias fronterizos y policías.
«Hoy, la frontera polaca y la de Lituania son las fronteras del mundo libre que detiene la presión del despotismo del este. En nuestras fronteras se tuvieron varios ataques híbridos, que hemos estado observando durante dos años», recalcó el primer ministro polaco.
Por su parte, Nauseda informó que de acuerdo con la información de que disponen las autoridades lituanas, los mercenarios del Grupo Wagner avanzaron hacia posiciones cercanas a la frontera, lo que supone un riesgo adicional a la seguridad nacional.
«El número de combatientes del Grupo Wagner estacionados en el territorio de Bielorrusia ya supera los 4.000, o está cerca de ese número. Parte de los combatientes de Wagner se acercaron a nuestra frontera», manifestó el presidente de Lituania.
Nauseda incidió en que ya se tomaron medidas para fortalecer la frontera con Bielorrusia en un proyecto que incluye también la previsión de desplazar refuerzos por parte del Ejército lituano.
«Una cosa es absolutamente obvia: sería demasiado tentador para (el presidente de Rusia, Vladimir) Putin y Lukashenko usar su presencia en las inmediaciones (de Lituania y Polonia) para posibles provocaciones contra los Estados de la OTAN», advirtió el mandatario lituano.
Los mercenarios del Grupo Wagner, con Yevgeni Prigozhin a la cabeza, protagonizaron un intento de rebelión contra la cúpula militar rusa a finales de junio. Lukashenko intercedió y logró poner fin a la revuelta a cambio de acoger en Bielorrusia a gran parte de los paramilitares. (Europa Press).