En 2019, antes de la pandemia de coronavirus, se registraron 1.732 muertes por arma de fuego entre menores de 18 años en todo el país, mientras que en 2021 había aumentado hasta 2.590.
La tasa de muertes por arma de fuego de menores, es decir, teniendo en cuenta la población, aumentó de 2,4 muertes por 100.000 menores residentes en 2019 a 3,5 por 100.000 en 2021, un crecimiento del 46 por ciento.
La cifra de muertos por arma de fuego entre la población en general también creció. En 2019 hubo 39.707 muertes registradas y dos años después eran 48.830, un 23 por ciento más.
Los datos revelan además que el homicidio es la principal causa de muerte por arma de fuego entre menores de 18 años en 2021, ya que suponen el 70 por ciento del total. Por detrás quedan el suicidio (32 por ciento) y los accidentes (5 por ciento).
Por género, el 83 por ciento de los menores fallecidos por arma de fuego en 2021 son varones. También la edad es un factor importante: el 86 por ciento
tenían entre 12 y 17 años, aunque se registró 179 muertes de niños de entre 6 y 11 años y 184 de niños de 5 años o menos.
En cuanto a los datos de raza, el 46 por ciento de los menores muertos por arma de fuego en 2021 eran negros pese a que solo el 14 por ciento de los menores de 18 años del total de la población se correspondían con la raza negra. Siguen los blancos (32 por ciento), los hispanoamericanos (17 por ciento) y los asiáticos (1 por ciento).
Como resultado, un 22 por ciento de los padres y madres dicen tener mucho o un gran miedo a que sus hijos de menos de 18 años sean tiroteados. El 23 por ciento dice sentirse algo preocupado y más de la mitad no están en absoluto preocupados, según una encuesta de Pew.
Por raza, un 42 por ciento de los padres y madres de origen hispanoamericano dicen estar preocupados, frente al 32 por ciento de padres y madres negros, el 23 por ciento de asiáticos y el 12 por ciento de blancos. (Europa Press).