“La gente muere mientras el sistema de salud del país se tambalea bajo el peso de unas necesidades abrumadoras”, alerta Jean Nicolas Armstrong Dangelser, coordinador de Emergencias de MSF en Sudán, quien denuncia niveles de violencia espeluznante por parte de Ejército y paramilitares.
A ello se añaden las enormes dificultades a las que se enfrentan los equipos de MSF para atravesar los innumerables controles en las carreteras del país, como lamenta el doctor Javid Abdelomoneim, jefe del equipo médico de MSF que acabó bloqueado cuando intentaba efectuar un reparto de ayuda médica de emergencia desde Port Sudán, donde MSF tiene su base de operaciones.
“¿Por qué, después de dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete conversaciones con las autoridades, nuestros permisos para viajar de vuelta a Jartum y a los estados del río Nilo fueron rechazados?”, lamentó el doctor Abdelomoneim. «Han pasado semanas y todo mi equipo sigue sentado en Port Sudán sin poder hacer nada», añadió.
MSF acusa a las autoridades de impedir repetidamente la circulación de personal humanitario, médico y de suministros, de rechazar permisos de viaje solicitados a tiempo y con documentación en regla sin que en algún momento existan dado claros motivos e incluso denuncia que, en ocasiones, el personal de MSF fue acosado, amenazado o detenido.
A pesar de las reiteradas solicitudes y peticiones, las autoridades sudanesas lograron mucho menos visados de los que MSF necesita para traer personal suficiente para responder a las inmensas necesidades de la población sudanesa en un proceso incoherente, poco fiable y sin garantía alguna.
«Aunque no está claro si estas acciones son un intento deliberado de restringir la ayuda humanitaria, las consecuencias para la población son las mismas que si lo fueran: un acceso reducido a la asistencia sanitaria en el momento en que esta resulta más urgente», lamenta la organización. (Europa Press).