Acled, el Proyecto de Datos de Localización de Conflictos Armados, ha estimado estas cifras a partir de los datos recopilados por los llamados comités de resistencia, grupos de la sociedad civil participantes en las protestas organizadas en Sudán, primero contra el presidente Omar Hasan al Bashir, derrocado en 2019 y luego contra el Ejército para abogar por la puesta en marcha de un sistema democrático en el país.
Según Acled, el conflicto continúa en su espiral descendente de violencia. En las últimas semanas se intensificaron los combates por el control de lugares estratégicos entre el Ejército y las RSF en la capital.
Por ejemplo, a finales de septiembre, la Facción Abdul Wahid al Nur del Movimiento/Ejército de Liberación de Sudán (SLM/A) obtuvo el control de grandes extensiones de territorio en la región de Darfur.
La cifra ofrecida por Acled, representa un incremento enorme sobre las estimaciones oficiales del Ministerio de Salud sudanés, que estima hasta ahora los fallecidos en 1.265 y los heridos en 8.396.
Mientras, la agencia humanitaria de la ONU, la OCHA, cifra en 5,5 millones los desplazados y refugiados por el conflicto, en medio de brotes de malaria, dengue y cólera identificados por todo el país.
Ahora mismo casi 25 millones de personas, la mitad de la población, necesitan asistencia humanitaria o algún tipo de protección, según el balance proporcionado por la Representante Especial Adjunta del Secretario General de Naciones Unidas y Coordinadora Residente y Humanitaria en Sudán, Clementine Nkweta-Salami.
En su valoración, y una vez más, la coordinadora destacó los informes de crecientes casos de violencia sexual y de género, desapariciones forzadas, detenciones arbitrarias y graves violaciones de los derechos humanos y de los niños, antes de llamar por enésima vez a las partes a respetar el derecho Internacional humanitario y tomar medidas inmediatas para salvaguardar a los civiles. (Europa Press)