Luna-25, la primera sonda lanzada por Rusia hacia la Luna desde 1976, se estrelló en el satélite terrestre. Roskosmos, la empresa espacial estatal rusa, comunicó que había perdido el contacto con la nave, tras un problema en el momento de ponerla en órbita antes del aterrizaje que estaba previsto para hoy.
El accidente se produce luego de que Roscosmos informara de una situación anormal que sus especialistas estaban analizando. El sábado “hacia las 14.57 (11.57 GMT), la comunicación con Luna-25 se interrumpió”, explicó la agencia espacial rusa en un comunicado ayer. Según los resultados preliminares de la investigación, el aparato dejó de existir tras una colisión en la superficie lunar, añadió.
De acuerdo a los resultados del análisis preliminar, el motivo del accidente fue la desviación de los parámetros reales de impulso calculados con anterioridad.
El fracaso subraya el declive de la potencia espacial rusa desde los días gloriosos de la competición de la Guerra Fría, cuando Moscú fue el primero en lanzar un satélite a la órbita de la Tierra -el Sputnik 1, en 1957- y el cosmonauta soviético Yuri Gagarin se convirtió en el primer hombre en viajar al espacio en 1961.
También se produce cuando la economía rusa, de 2 billones de dólares, se enfrenta a su mayor desafío externo en décadas: la presión de las sanciones occidentales y la lucha contra la mayor guerra terrestre en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
La agencia adelantó que creará una comisión especial para esclarecer las causas del siniestro.
Con la tragedia de la estación automática rusa, ahora la sonda india Chandrayaan-3 tiene todas las papeletas para ser la primera en alunizar este miércoles en el Polo Sur.
La sonda rusa debía posarse en la superficie de la Luna el 21 de agosto, es decir, dos días antes que la sonda india, que fue lanzada el 14 de julio.
Luna-25, que partió el 11 de agosto desde el cosmódromo Vostochni, en el Lejano Oriente ruso, entró en órbita el último miércoles, tras cinco días y casi diez horas de travesía.
La Luna-25, heredera de la soviética Luna-24, la tercera nave espacial en recabar muestras de la superficie lunar en agosto de 1976, esperaba encontrar en el satélite terrestre agua en forma de hielo.
Una nave soviética, la Luna-2, ya fue la primera en posarse sobre dicho satélite en 1959, proeza que EEUU emuló años después con su programa Ranger.
Con el Luna-25, Moscú esperaba continuar el legado de su programa Luna de la era soviética, marcando un retorno a la exploración lunar independiente frente al creciente aislamiento de Occidente. (Infobae/Afp/Efe).