“Las fuerzas que operaron en el campo de Yenín salieron y el Ejército volvió a su actividad de rutina en Judea y Samaria (Cisjordania)”, confirmó un portavoz militar sobre el fin de la operación “Casa y Jardín”, que duró unas 48 horas, luego de que completaran todos sus objetivos.
La incursión en el campo de Yenín, histórico bastión del movimiento miliciano palestino, implicó efectivos terrestres y aviación por primera vez en casi dos décadas, lo que la convierte en la de mayor envergadura en Cisjordania desde la Segunda Intifada (2000-2005).
Mientras las tropas salían de Yenín, las milicias palestinas de Gaza lanzaron cinco cohetes hacia Israel, todos ellos interceptados, a lo que la aviación israelí respondió bombardeando instalaciones militares de Hamás, que gobierna la Franja.
La Franja ya sufrió el pasado mayo una escalada bélica de cinco días que enfrentó a Israel y a la Yihad Islámica -sin implicación directa de Hamás- en la que murieron 34 gazatíes en el enclave y dos personas en Israel, una de ellas palestina.
Sobre la operación en Yenín, Israel la justificó como un amplio esfuerzo antiterrorista que buscó anular las capacidades militares de la Brigada de Yenín -que aglutina a las milicias de todas las facciones en la zona, creada hace un año- y es el principal foco de terrorismo en Cisjordania, según las autoridades israelíes.
Mientras las tropas salían del campo, un soldado israelí, un suboficial del comando de élite Egoz, murió por un disparo cuando aseguraba la retirada, identificado como el sargento primero David Yehuda Yizhak, de 23 años y residente en el asentamiento colono de Beit El.
Después de haber iniciado la retirada, el Ejército confirmó un ataque aéreo contra palestinos armados estacionados en un cementerio en las afueras del campamento de Yenín, que representaban una amenaza para las fuerzas de seguridad cuando salían del campo de refugiados.
Durante la madrugada, algunos residentes del campo de refugiados de Yenín comenzaron a regresar a sus casas después de que unos 3.000 se evacuaran durante el operativo para huir de la violencia en el campamento, que ha quedado totalmente devastado, sin suministro de luz ni agua.
Cisjordania vive su mayor pico de violencia desde la Segunda Intifada (2000-2005) y este 2023 ya murieron 156 palestinos en el marco del conflicto palestino-israelí, la mayoría milicianos en enfrentamientos armados con tropas israelíes y atacantes, pero también civiles, incluidos 27 menores.
En paralelo, el área vio la proliferación de nuevos grupos armados palestinos, que realizan cada vez más ataques y dejaron 26 muertos del lado israelí, la mayoría colonos, cinco de ellos menores, y un soldado. (Infobae/Efe)