Cuando todavía se cuentan los muertos causados por el sorpresivo ataque terrorista protagonizado por Hamás, el premier israelí Benjamín Netanyahu define un desembarco militar clave en la Franja de Gaza, que puede iniciar una Guerra Santa en Medio Oriente.
Netanyahu y los líderes de la oposición que se acoplaron al Gobierno, los prestigiosos militares Benny Gantz y Gadi Eizenkot, asumen que Hezbollah replicará desde el sur del Líbano, abriendo la posibilidad de un conflicto regional que Irán gatillaría con sus aliados fundamentalistas en Irak, Siria y Afganistán.
La invasión israelí a Gaza puede alentar una Yihad Islámica que sumaría bandas terroristas que operan en África, Medio Oriente y Asia financiadas por Teherán.
Netanyahu y su gabinete de gestión de la guerra también calculan una eventual revuelta en Cisjordania -West Bank- que formalmente está bajo el control de la Autoridad Palestina.
Frente a estas distintas variables geopolíticas, el Gobierno israelí ya decidió replicar la masacre ejecutada por Hamás hace casi una semana. Netanyahu, Gantz y Gideon Saar -otro referente de la oposición que se sumó al Gobierno-, consideran que el ataque de Hamás puso en jaque a la democracia en Israel.
El Gobierno israelí desplegó 300.000 soldados en la frontera que divide Israel de Gaza, fortaleció las defensas en la línea norte que separa el territorio israelí del Líbano y tiene una operación constante por mar y aire.
Cuando se ordene la ofensiva sobre Gaza que sería inminente, el gabinete de gestión de guerra calcula que caerán misiles sobre Tel Aviv y que Hezbollah, desplegará su potencial aire-tierra sobre los pueblos cercanos a la frontera sur de Israel.
La visita relámpago de Antony Blinken, secretario de Estado a Israel fortaleció la posición de máxima que exhiben Netanyahu, Gantz y Saar respecto a la ofensiva sobre Gaza. Es más: en Tel Aviv se mostraron satisfechos cuando Estados Unidos junto a Qatar, con estrategia sinuosa en Medio Oriente, acordaron retener 6.000 millones de dólares que habían decidido liberar a favor de Irán.
La masacre cometida por Hamás conmocionó a la sociedad israelí que aguarda la respuesta militar. Pero, también exige que se encuentren a los desaparecidos y que se liberen a los secuestrados.
Se trata de una reacción social casi unánime que mezcla la necesidad de encontrar a los ausentes y de promover un castigo ejemplar contra los terroristas que en pocas horas se llevaron sueños propios, amigos de toda la vida y familias enteras.
En Tel Aviv se escucha ruido de tambores. Israel protagonizará una réplica militar que tiene escenario definido y epílogo abierto. (Infobae)