La resistencia indígena no solo busca salvar su cultura y modo de vida; también pretende preservar uno de los ecosistemas más ricos en biodiversidad del planeta.
La comunidad indígena ayorea y la Central Ayorea Nativa del Oriente Boliviano (Canob) han expresado su firme oposición a un proyecto carretero que amenaza el territorio ancestral Ñembi Guasu, considerado uno de los últimos refugios de biodiversidad y cultura en Bolivia.
En una carta dirigida al gobernador de Santa Cruz, Mario Aguilera, los representantes indígenas denunciaron que la construcción de esta vía internacional podría causar daños irreparables a su hábitat y a las comunidades en aislamiento voluntario.
AMENAZAS AL ECOSISTEMA
La asambleísta del pueblo ayoreo, Giliana Etacore Chiqueno, en entrevista exclusiva con EL DIARIO enfatizó las graves consecuencias que tendría este proyecto.
“La construcción de esta carretera a través de Ñembi Guasu representa una grave amenaza para nuestras tierras ancestrales y nuestros hermanos que aún se encuentran en aislamiento voluntario”, dijo. La asambleísta advirtió que la carretera fomentaría la deforestación, la contaminación del agua y la invasión de su territorio por actividades ilegales, como la caza y tala.
Etacore Chiqueno detalló los impactos negativos del proyecto: “A través de esta carretera viene la destrucción del medio ambiente, la deforestación, invasión del territorio indígena, la caza y tala ilegales, el acaparamiento de tierras, desaparición de conocimientos tradicionales de nuestros pueblos, el cambio climático y emisiones de carbono”.
REUNIÓN ENTRE GOBERNADORES
El 24 de octubre, el gobernador de Santa Cruz, Mario Aguilera, se reunió con su par de Alto Paraguay, Arturo Méndez, para discutir el avance del proyecto carretero.
Este encuentro generó preocupación entre las comunidades indígenas y diversos actores sociales que ven en este proyecto una amenaza inminente a su forma de vida. La Canob ha sido clara en su postura: “La defensa de Ñembi Guasu y los pueblos en aislamiento voluntario sigue siendo una prioridad”, afirmaron.
La reunión fue interpretada por muchos como un intento de avanzar en un proyecto que ha sido rechazado por las comunidades locales. La presión sobre el territorio ancestral ha aumentado en los últimos años, debido a la expansión agrícola y la explotación de recursos naturales. Los indígenas temen que la construcción de esta carretera facilite aún más la invasión de sus tierras por empresas extractivas.
CONSECUENCIAS ECOLÓGICAS
La construcción proyectada no solo afectaría a las comunidades humanas; también tendría repercusiones devastadoras sobre la biodiversidad local.
Según nuestra entrevistada “afectaría a la biodiversidad generando consecuencias devastadoras a corto y largo plazo porque se perderían fragmentos del hábitat”.
Ñembi Guasu alberga más de 100 especies de mamíferos y 300 especies de aves. La introducción de una carretera podría fragmentar estos hábitats críticos, dificultando los movimientos migratorios y reproductivos necesarios para mantener poblaciones viables.
La región es conocida por su rica biodiversidad; sin embargo, ya enfrenta presiones significativas debido al cambio climático y otras actividades humanas. La apertura de nuevas vías podría intensificar estas amenazas al ecosistema local. Organizaciones ambientales advirtieron que cualquier alteración significativa en el entorno podría llevar a un colapso ecológico en áreas ya vulnerables.
LLAMADO A LAS AUTORIDADES
La asambleísta hizo un llamado urgente a las autoridades para que reconsideren sus decisiones. “Instamos a las autoridades a considerar todo esto y priorizar la protección de nuestra tierra, el medio ambiente y a nuestro pueblo”, sostuvo.
Este llamado refleja un deseo profundo por parte de las comunidades indígenas no solo por preservar su territorio físico sino también por proteger su identidad cultural frente a amenazas externas.
El descontento entre las comunidades indígenas ha crecido debido a lo que perciben como una falta de consulta adecuada por parte de las autoridades departamentales.
Etacore Chiqueno sostiene: “nuestro pueblo ayoreo siempre ha vivido en armonía con el bosque y una carretera, a través del Ñembi Guazú, alteraría definitivamente nuestra forma de vida y amenazaría nuestra propia existencia”. Este sentimiento se comparte ampliamente entre otros pueblos indígenas que enfrentan desafíos similares ante proyectos desarrollistas.
ALTERNATIVAS SOSTENIBLES
Los representantes indígenas han propuesto alternativas sostenibles que podrían beneficiar tanto a las comunidades locales como al medio ambiente, entre ellas se mencionan el fortalecimiento del área protegida existente, incrementar los recursos destinados a la conservación, impulsar iniciativas económicas que no pongan en riesgo el ecosistema, fomentar programas educativos sobre la importancia ecológica y cultural del territorio.
Etacore Chiqueno concluyó indicando que “es importante considerar alternativas que permitan la protección de la biodiversidad y protejan los derechos locales como el fortalecimiento del área protegida existente”. Esta propuesta busca no solo proteger el medio ambiente sino también garantizar que las comunidades indígenas puedan seguir viviendo según sus tradiciones.
IMPACTO SOCIAL
El conflicto por Ñembi Guasu también tiene implicaciones sociales significativas. Las comunidades indígenas han enfrentado históricamente marginación y exclusión en procesos políticos y económicos. La lucha actual por defender su territorio es parte de un movimiento más amplio por el reconocimiento de sus derechos como pueblos originarios.
El impacto social se extiende más allá de lo ambiental; afecta directamente la salud cultural e identitaria de estas comunidades. La pérdida del territorio implica también una pérdida de prácticas culturales tradicionales, conocimientos ancestrales sobre manejo sostenible del bosque y formas comunitarias de vida, como señaló Etacore Chiqueño “la construcción de esta carretera es una amenaza grave al ecosistema”.
La situación en Ñembi Guasu refleja un conflicto más amplio entre el desarrollo económico propuesto por las autoridades y la necesidad urgente de proteger territorios ancestrales vitales para las comunidades indígenas.
La resistencia indígena no solo busca salvar su cultura y modo de vida; también pretende preservar uno de los ecosistemas más ricos en biodiversidad del planeta.
El futuro de Ñembi Guasu dependerá no solo del diálogo entre comunidades indígenas y autoridades gubernamentales, sino del reconocimiento efectivo por parte del Estado boliviano sobre los derechos territoriales e históricos que tienen estos pueblos ante sus tierras ancestrales.
La protección efectiva del medio ambiente debe ser vista como una prioridad no solo ética también estratégica para garantizar un futuro sostenible tanto para las comunidades indígenas como para toda la biodiversidad presente en esta región única.
En este contexto, es fundamental que se establezca un diálogo genuino entre todas las partes involucradas. Las voces indígenas deben ser escuchadas con atención; sus conocimientos ancestrales son cruciales para encontrar soluciones sostenibles que beneficien tanto al ser humano como al medio ambiente. (Santa Cruz, EL DIARIO)