El primer encuentro Connect de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) luego de la pandemia abrió con el tema que sacude a la industria de los medios —y a muchas otras— desde que en noviembre de 2022 OpenAI reveló al público su herramienta ChatGPT. «Creo que lo que vivimos hoy con la aparición de la inteligencia artificial (IA) no se parece a una evolución, que es un cambio gradual de época, de ideas y de paradigmas», dijo Daniel Hadad en el discurso de apertura en la reunión realizada en Miami. «Me parece que es mucho más claramente una revolución. Y en las revoluciones hay gente que gana y gente que pierde».
Decir eso ante un auditorio de editores, ejecutivos de medios y periodistas es echar sal en una herida. Poco antes el director ejecutivo saliente de la SIP, Ricardo Trotti, había recordado que sólo en Estados Unidos cerraron más de 1.200 medios locales. El impacto que tuvo la fragmentación del consumo de noticias en internet, que dejó de ser exclusivo de los medios para pasar a las redes sociales o el chat, entre otras fuentes, dañó gravemente al sector.
«Quizá la pregunta que todos debemos hacernos es ¿de qué lado vamos a estar en esta revolución?», siguió el fundador y CEO de Infobae en SIP Connect 2023. «¿Qué va a ocurrir con nuestra industria? ¿Qué va a pasar con nuestra profesión?».
Es difícil encontrar hechos similares de los últimos siglos que impliquen un cambio de paradigma como el de la IA, agregó. La imprenta de Johannes Gutenberg «democratizó la posibilidad del conocimiento» y la red hizo aún más masivas la producción y la circulación de contenidos. Pero incluso «el momento iPhone» —la irrupción del smartphone en 2007, que consolidó un dispositivo mucho más capaz que el teléfono— parece basto frente a una herramienta capaz de generar materiales de manera autónoma.
«El cambio más importante, más transformador, más trascendente que nos va a tocar vivir es la aparición de la IA», continuó. El caso más cercano de un salto semejante fue la llegada de la electricidad: una imagen, creada por IA como todas las de la presentación de Hadad, mostró a Thomas Edison instalando cables de electricidad en Nueva York de la década de 1880. «Nadie entonces imaginaba lo que iba a ser la ciudad, todo lo que iba a tener en base a la electricidad».
Ignorar el impacto que la IA puede tener en la producción y circulación de las noticias sería una peligrosa pérdida de tiempo, advirtió. «Internet nos dio 20 años para adaptarnos en la industria periodística, tiempo en el que discutimos preconceptos como que el periodismo de calidad sólo podía existir en papel. La IA nos va a dar 20, también, pero meses. Veinte meses; tal vez 18, tal vez 24. El cambio de hoy es distinto. Y si bien tengo más dudas que certezas, los invito a que pensemos juntos, porque viene una revolución, no una evolución».
Factores como el código abierto y la nube anuncian un crecimiento exponencial de estas herramientas que, si bien parecen poner en riesgo el periodismo tal como se lo conoce, pueden tal vez presentar «una oportunidad si sabemos tomar esto a tiempo».
Organizaciones como la SIP, subrayó, tendrán una importancia creciente: «Habrá que participar en la regulación de muchas de las cosas que van a suceder en nuestra industria». Pero desde el punto de vista de las empresas y de los profesionales, la transformación es menester: «Si no, no vamos a sobrevivir. No está garantizado que lo hagamos, pero al menos si lo intentamos hay una posibilidad».
La incorporación de datos a una industria que históricamente giró alrededor de la intuición editorial es un proceso que comenzó hace bastante, pero desde la IA sólo habrá lugar para empresas en las que se tomen decisiones data driven, observó. «Yo creía que titulaba bien, pero me doy cuenta que pierdo ante la IA», puso como ejemplo. «La tecnología nos pone en un plano de humildad. Hace tiempo escuchamos hablar de Big Data: esta es la oportunidad de que nuestras empresas empiecen a funcionar con datos».
Una diapositiva prometió proponer los «próximos pasos», pero a continuación las palabras quedaron encerradas entre signos de pregunta: «¿Próximos pasos? Sería de una soberbia enorme que les dijera cuáles son», reconoció el director ejecutivo de Infobae. «La democratización de la IA es una expresión de deseos, pero no podemos dejar que quede en manos de unos pocos. Por eso es fundamental que —dentro de las posibilidades, y no todos los medios tienen las mismas posibilidades— empecemos a tener departamentos de IA en las redacciones. Con el código abierto y con la nube podemos compartir el conocimiento, cosa que no hicimos cuando se masificó internet».
Ahora es el momento del shock, definió. Las redacciones están en llamas —una diapositiva mostraba, exactamente, a un periodista que escapa de un incendio que devoraba escritorios y computadoras— y cada vez que habla del tema con las de Infobae, como hizo hace poco en la de Madrid, tiene la impresión de que «la gente va retrocediendo, como si se quisiera alejar, como si le diera temor».
Muchos de los trabajos que hoy realizan humanos podrán ser reemplazados por máquinas, admitió. «No me gusta, pero tampoco me gusta cuando llega un huracán. Pero sucede. Por eso tenemos que estar preparados para los huracanes».
La otra opción —y una imagen de IA mostró a Ned Ludd— es el ludismo. La destrucción de los telares en la Inglaterra de la revolución industrial. «Pero es tarde», dijo. «Nos vamos a acostumbrar. Los periodistas nos quedaremos con las labores estratégicas. Pero vamos a seguir haciendo periodismo que emocione, sorprenda y haga pensar».
Periodismo local 3.0 y la polémica del paywall
Trotti, quien se retira luego de 30 años ligado a la SIP, presentó al nuevo presidente, Roberto Rock, de La Silla Rota, de México. «Yo estoy seguro de que va a seguir contribuyendo desde muchos frentes», lo comprometió Rock, quien reconoció el esfuerzo del argentino y su equipo para mantener los encuentros Connect durante la pandemia de covid-19.
Mientras los organizadores trataban de confirmar si el segundo orador, Claudio Cabrera, podía salir en videoconferencia, pues horas antes su vuelo desde Nueva York a Miami había sido cancelado, Trotti celebró la presencia en SIP Connect 2023 de Juan Lorenzo Holmann, del periódico La Prensa, de Nicaragua, y de Miguel Mora de 100% Noticias, «que han sido liberados por el régimen de [Daniel] Ortega después de mucho tiempo encarcelados».
Trotti también anunció un acuerdo entre SIP y Google News Initiative: «Se ha abierto una ruta importante que permitirá a Google acompañar el esfuerzo de muchas iniciativas en Latinoamérica». Se trata de la convocatoria para el Enhanced Fundamentals Lab (EFL), para 80 medios latinoamericanos, en dos etapas: una para Centroamérica y el Caribe y la segunda para América del Sur. El programa incluirá entrenamiento, asesoría y un fondo especial para proyectos de hasta por $us 20.000 para cada uno.
En un comunicado de la SIP lanzado en el momento, Rodrigo Bonilla, gerente de Relaciones con la Industria de Noticias para Hispanoamérica en Google, destacó la importancia de la colaboración entre la plataforma y las asociaciones de medios como la SIP para diseñar programas que atiendan las necesidades de los medios latinoamericanos a fin de establecer una relación de alianza para ayudarlos a prosperar en el entorno digital.
Demorada la videoconferencia de Cabrera, ex encargado de SEO en The New York Times y actual VP de audiencias y estrategias del diario deportivo The Athletic, habló Guy Tasaka, experto estadounidense en cambio en la industria periodística. Su tema fue el periodismo local, el más afectado por el desplazamiento de los ingresos publicitarios a las redes sociales, y cómo podría volver a prosperar.
Tasaka estuvo en transiciones como la del papel a la edición digital, del libro físico al ebook y de la televisión tradicional a las plataformas de streaming. En ese camino asistió a la evolución de los medios locales y resumió la historia en algunos momentos: entre 1990 y 2000, la industria en Estados Unidos pasó de $us 40.000 millones a facturar $us 60.000 millones; entre 2000 y 2005, cuando se mantuvo en $us 60.000 millones con altibajos y entre 2005 y 2020, cuando cayó a $us 20.000 millones.
«Es un continuo: fue bueno, se puso malo, ¿qué sigue?», planteó Tasaka. «Hoy recordar que se producían y se repartían cientos de miles de periódicos suena a una locura. Pero en su momento, cuando los ingresos iban en caída libre y también la audiencia, seguimos un mal modelo de negocios: nos fijamos en los grandes medios».
La multiplicación de las fuentes informativas que provocó internet fue la primera parte del cambio, pero la pandemia fue una segunda. Si antes los estándares ataban a los medios a publicar contenido original o sindicalizado, que es muy caro, y buscar ingresos entre los negocios locales o los avisos clasificados, ahora las reglas del juego son muy distintas. «Se acabaron los grandes estudios. Las figuras emitían desde sus casas, con tecnología suficiente. Sólo tenían que ser auténticas», recordó.
La crisis en la industria de los medios ya lleva 18 años, recordó. Mencionó hitos como el modo en que las plataformas se beneficiaron de los contenidos informativos y —sobre todo— de la publicidad que recogían por esos contenidos, o como WordPress, que puso al alcance de cualquier persona la posibilidad de ser un editor de medios. Pero de esos mismos ganadores se pueden obtener las claves, advirtió.
«¿Cuáles son los cuatro rasgos que podemos ver en las plataformas digitales? Tienen datos de primera mano: lo saben todo sobre el usuario; pueden crear audiencias a partir de esos datos; pueden tener contenido sin costo generado por esos usuarios; pueden monetizar», describió. «Los medios locales 3.0 tienen que volver a las pequeñas comunidades leales centrándose en los datos, que son el nuevo petróleo (sin refinar no son nada), y en la confianza, que es el nuevo oro: hoy ser curador es más valioso que ser creador original pues el contenido está a un clic de distancia».
A continuación, Cabrera habló de la experiencia singular de The Athletic, un medio que tenía un muro de pago muy duro cuando él llegó. «El crecimiento vino por Twitter, que es donde suceden las conversaciones sobre deportes en Estados Unidos», reveló.
Lo primero que se hizo fue contratar periodistas deportivos de renombre en ese país y en el Reino Unido —los principales mercados del medio— que ya llegaron con sus fanáticos: «La cuenta de la marca The Athletic no tiene más poder que las de los reporteros». El segundo paso fue comprender las características de Twitter: «Si algo se publica sin enlace, aunque se salga primero, no se llega al número uno en los resultados de búsqueda de Google».
Luego de distintas correcciones, se confirmó que desde Twitter se mantendría el hard paywall, mientras que desde Facebook habría un regi wall, un muro que permite acceso limitado previa registración y desde Google, contenido gratuito para el primer click, dado el beneficio de la visibilidad. En el caso de los contenidos en vivo, el modelo es mixto y su estrategia general se orienta a la registración; en todos los casos se evalúa si el contenido se cierra en 30 o 45 minutos.
Quizá lo más llamativo de la exposición de Cabrera fue que mostró un modelo exitoso de integración del equipo de audiencias (que incluye desde SEO hasta encargados de las cuentas en redes sociales) como una sección más del trabajo editorial, unido al de los periodistas. «Eso ayudó a que la redacción aceptara las recomendaciones de audiencias».
SIP Connect 2023 continuó con dos mesas: una sobre la integración de los contenidos patrocinados y otra sobre la relación entre periodismo de calidad y la generación de suscripciones. El encuentro se completará en la tarde del miércoles 19 de julio con el caso de La Silla Rota, a cargo de Rock y dos mesas sobre el abordaje de audiencias y SEO y la Web 3.0.
La última jornada, el jueves 20, presentará una mesa sobre mujeres editoras, una exposición sobre el proyecto Journalism AI, una mesa sobre IA, otra sobre soluciones integrales (CMS, publicidad y marketing), otra sobre datos y monetización y un cierre con «Los 10 anti-mandamientos de los medios digitales» a cargo de Eduardo Tessler, de la plataforma brasileña Midiamundo. (Infobae)