Heidy Villanueva Cortez vive un calvario judicial en el intento de recuperar a su mamá, la docente jubilada de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) y exdiputada (2002-2005), Silvia Cortez Villacorta. Su progenitora -que en 2021 salió de casa y no volvió porque se quedó “retenida” por personas ajenas- sufre “discapacidad mental severa por demencia senil tipo Alzheimer nivel grave” según el diagnóstico de varios especialistas, entre ellos, el psiquiatra y psicólogo clínico del Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF), Marcelo Araníbar, quien emitió un contundente informe dirigido a un juez.
La mañana del 25 de noviembre de 2020, Silvia celebraba su cumpleaños número 72 y no llegó a expresar cuál era su tercer deseo, pero por su mirada tenía que ver con el cariño que guardaba hacia su única hija y compañera de toda la vida, Heidy Villanueva Cortez.
En la actualidad, Heidy Villanueva afronta un proceso por violencia familiar, acción presuntamente cometida contra su madre, quien, en una extensa, pero dispersa declaración, el 1 de abril de 2021 la acusó ‘según funcionarios del Servicio Integral Municipal (Slim)’ de mantenerla encerrada por siete meses, durante la época de la pandemia del covid – 19, de golpearla, insultarla, obligarla a comer sus sobras y tomar pastillas que la hacían olvidar todo.
De probarse la grave acusación reflejada en la imputación firmada por la fiscal Liliana Choque, la hija de Silvia Cortez podría pasar de dos a cuatro años en la cárcel, sino se agrava su situación y le suman otros cargos, como violencia física o económica, tal cual lo advirtió Víctor Hugo Chávez Serrano, abogado que afirma representar a Silvia en ese y otros dos procesos relacionados a la exdiputada.
TRES CASOS
En la cronología legal, el primer proceso se inició el 15 de marzo de 2021, en colaboración del consejero espiritual, amigo de la familia, quien interpuso la demanda de interdicción, con el fin de que se asuma la custodia legal de Silvia, diagnosticada con “demencia senil tipo Alzheimer”, e impedir así que la catedrática jubilada de la UMSA “continúe firmando documentos que sus captores aseguraron lo hacía de libre voluntad”, denunció Heidy en entrevista con Periodismo Sin Photoshop.
La respuesta del otro lado, relató la hija, fue el segundo proceso, la denuncia en su contra por violencia familiar, además que lograron desalojarla de su casa por un tiempo. Pese a todos los documentos de descargo que presentó por el deterioro mental de su madre, la fiscal Choque decidió imputarla y este año la sometió a una audiencia de medidas cautelares, en la que un juez determinó que cumpla detención domiciliaria.
El abogado Chávez anunció que se pidió revocar esa medida cautelar, debido a que Heidy Villanueva, supuestamente “se ríe” de la orden judicial, además de que no puede acreditar una actividad lícita. Pese a que la hija de su cliente presentó fotos y documentos sobre la legalidad de la actividad académica que realizaba con niños junto a su madre, en su domicilio, para el jurista, la actividad de educadora que realiza no es real, pues la misma incumple requisitos.
Ante el hecho de que su madre, pese a su grave enfermedad, supuestamente otorgó un poder a nombre de una abogada y esta lo ejecutó asumiendo medidas sobre sus propiedades en Derechos Reales, Heidy abrió el tercer caso, por el delito de “engaño a persona incapaz”.
En el mismo se vieron procesados dicha abogada, Michael Seefeld, la pareja del hostal y los tres hermanos de Silvia: Gaby, Howard Vicente y Marilyn, quienes serían los que realmente están tras la denuncia de supuesta violencia familiar y los bienes que le corresponden a su madre.
De igual forma, pese a la abundante documentación y declaraciones de especialistas médicos, abogados y testigos, extrañamente la Fiscalía rechazó la denuncia contra quienes Heidy calificó, actuaron en complicidad y se aprovecharon de la discapacidad mental de su madre. Ante este hecho, la hija de Silvia manifestó que no solo impugnará nuevamente esta decisión, sino que pedirá que las audiencias dejen de ser virtuales, para que las autoridades, con apoyo de personal médico acrediten la salud mental de su madre y se verifique que no actúa manipulada.
RESPUESTA A ABI
La entrevista con el portal Periodismos Sin Photoshop se dio luego de que la estatal Agencia Boliviana de Información (ABI) publicara una nota titulada: “Denuncian a sacerdote por poner a su nombre dos bienes inmuebles de tres personas de la tercera edad”.
“Esa nota de ABI es completamente difamatoria y falsa, no tiene ningún sustento legal sobre la situación patrimonial de mi madre y los hermanos. Hice llegar el reclamo (a ABI) y con mi abogado aún tenemos pendiente y analizamos cómo ejercer nuestro derecho a la contraparte, ya que esos periodistas nunca la pidieron ni se comunicaron con las personas a las que su difamación ha perjudicado”, expresó Heidy Villanueva.
Dicha publicación asegura que, según la versión de Gaby Cortez (83), el religioso “registró a su nombre dos bienes inmuebles, ubicados en la zona de Miraflores de la ciudad de La Paz, que sus padres le dejaron, como a dos de sus hermanas, como herencia”. Al margen de no contar con la contraparte, el medio de comunicación estatal no sustentó la nota con ningún documento que confirme la afirmación de la denunciante.
Sobre el tema, el abogado Chávez negó haber sido fuente de dicha nota, pero como representante de la supuesta víctima del consejero espiritual que presentó el proceso de interdicción, aclaró que evidentemente este no puso a su nombre los bienes.
EL ABOGADO
Chávez rechazó la versión de Heidy, sobre que las hermanas de su madre, abogados y los supuestos primos se aprovecharon del deterioro mental de su familiar para iniciar el proceso de violencia en su contra y menos que la misma haya tenido la finalidad de modificar la situación patrimonial de Silvia, quien otorgó un poder a una abogada el 19 de mayo de 2021.
“Lo que yo afirmo es que su hija (Heidy) se está aprovechando del maltrato que hizo a su madre y del temor que le causa para ocupar sus bienes. No es una versión la que se prueba, el juez tiene que determinar”, sostuvo el abogado, quien respondió que “no está certificado” que su clienta padezca Alzheimer.
Aclaró que él no puede decir que Silvia padece o no de una enfermedad mental, “porque no soy el perito, mi criterio como abogado no vale, ese debe ser un criterio técnico”. Para él, la hija de su clienta deberá probar que Silvia Cortez sufre de Alzheimer, “con una sentencia ejecutoriada, no simplemente con dimes y diretes”.
El abogado negó hablar sobre el tema de fondo, la salud mental de su cliente, en los tres procesos se limitó a mencionar los aspectos procedimentales. En esa línea, calificó de “oficioso” el actuar del psiquiatra del IDIF, Marcelo Aranibar, quien, entre otros detalles, reveló en un informe emitido el 27 de mayo de 2021 que, al momento de realizar el peritaje ordenado por el Juez Público de Familia 4to., en el marco del proceso de interdicción, los supuestos primos de Silvia y la abogada Franco perjudicaron su labor y, en medio de actitudes “suspicaces”, lo “invitaron a que se retire” del hostal donde por meses estuvo “retenida” la paciente.
En el documento, Aranibar explicó que emitió el dictamen luego de analizar el contexto familiar de la paciente y estuvo refrendado por otros tres informes de colegas del área, quienes ya habían tratado a la mujer desde 2019, con una serie de estudios científicos, como una resonancia magnética nuclear, que confirmaba el proceso degenerativo del cerebro y la “demencia senil avanzada tipo Alzheimer” que padecía Silvia.
Chávez evitó responder sobre el contenido del informe del perito, se centró en señalar que este estaría viciado por una supuesta irregularidad en la designación y advirtió que Aranibar, “debe ser procesado”, para que explique cómo se le fue asignado el peritaje, siendo él funcionario del IDIF en Cochabamba, pero el caso está radicado en La Paz. “No puede valer un procedimiento (el peritaje) viciado, el juez es quién define, pero nosotros tenemos la opinión de que (el informe científico) fue incorrectamente obtenido”, concluyó el abogado.
LA INTERDICCIÓN
Sobre el proceso de interdicción abierto a denuncia del consejero espiritual, Chávez volvió a referirse sobre el tema procedimental y no al cuidado de la salud mental de su clienta. En esa línea, calificó el caso de “el más extraño”, porque supuestamente el denunciante se atribuyó una representación que no le compete, además que presentó documentos de otro proceso, como son los estudios y las valoraciones psicológicas.
Sostuvo que, en un inicio, cuando el caso estaba a cargo de otros abogados, su clienta no se defendió de manera adecuada y que quedó en indefensión debido a que las notificaciones le llegaban a la hija.
“Pero esto es lo importante, los bienes de la señora Silvia están en posesión de Heidy y están anotados a nombre del cura. ¿Por qué la propia dueña no puede entrar a su propia casa?”, cuestionó el abogado, que, sin embargo, admitió que no hay ningún impedimento legal para la madre de Heidy retorne a su hogar, pero no lo hace, por cumplir con una medida de supuesta protección.
En efecto, en la documentación a la que este medio accedió, no existe resolución alguna que señale que Heydi debe desalojar la casa en la que vivió y cuidó a su madre, tampoco existe impedimento legal para que Silvia retorne a su domicilio, que es el único pedido de su hija para continuar con su cuidado.
Otro hecho llamativo en este caso es que durante el tiempo que Silvia fue aislada de su hija, presuntamente por voluntad propia, cambió su dirección en la cédula de identidad. Este medio trató de contactarse con ella, pero su “cuidadora” afirmó que “la señora estaba un poco peor” y había que pedir permiso a una “encargada”. El carnet también revela otro hecho sospechoso para Heidy, la variación en las diferentes firmas que supuestamente su madre estampó desde 2021, tema que ya se denunció a la Fiscalía, pero que hasta la fecha tampoco fue investigado.
PROTECCIÓN
El 29 de diciembre de 2022, el consejero espiritual que presentó la denuncia de interdicción, asistió a dar su declaración ante la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia, por el caso de violencia familiar que se inició contra Heidy.
“Siempre vi que su hija, Heidy Villanueva fue diligente, preocupada y cariñosa en su cuidado. No solo en el tiempo de enfermedad (Alzheimer), sino desde años atrás. Eran muy unidas y se notaba que eran felices juntas, trabajando con los niños y niñas en su kínder. Es imposible que se haya suscitado cualquier tipo de agresiones por parte de su hija”, dijo el sacerdote en su declaración.
Hoy, pese a ese testimonio y otras pruebas, Heidy asegura que está desesperada y sostiene que sólo busca volver a abrazar a su mamá y festejar otro cumpleaños, como aquel 25 de noviembre de 2020. (Periodismo sin Photoshop)
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