El dictador de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, aseguró ayer que la amenaza de un nuevo conflicto mundial nunca estuvo tan cerca como hoy y advirtió de que “si Rusia colapsa”, morirán todos.
Al mismo tiempo, criticó que las tensiones entre el ejército de Moscú y el grupo mercenario Wagner, que protagonizó un motín en Rusia, se habían gestionado mal desde hacía mucho tiempo.
En una ceremonia de entrega de grados de general a altos mandos militares, el líder bielorruso afirmó que “si Rusia colapsa, quedaremos bajo los escombros y moriremos todos”.
El dictador agregó que las tensiones entre el Kremlin y el grupo militar Wagner se habían gestionado mal, en la que pareció una crítica al presidente ruso Vladimir Putin y a la cúpula militar rusa.
“Pasamos por alto la situación, y luego pensamos que se resolvería sola, pero no se resolvió… En este caso nadie es un héroe: ni Putin ni Prigozhin”, declaró Lukashenko en declaraciones recogidas por los medios de comunicación estatales.
El presidente bielorruso medió un acuerdo entre el jefe de Wagner Yevgeny Prigozhin y Putin que puso fin a la rebelión armada de los mercenarios rusos.
Según Lukashenko, Occidente aprovecharía de inmediato la situación si se produce el caos en Rusia, en alusión a la fallida rebelión de Wagner.
“Lo peor de todo esto es que si hay una crisis Occidente instantáneamente se podrá aprovechar de ello”, dijo, al asegurar que existe una “nueva amenaza a nivel global” por parte de fuerzas que “quieren establecer su propio orden”.
“En ese orden ya no estarán nuestros países y nuestros pueblos”, dijo.
Las palabras de Lukashenko fueron en la misma línea de las pronunciadas por Putin, cuando acusó Ucrania y a sus aliados occidentales de querer que los rusos “se matarán entre sí” durante la rebelión de Wagner, que conmocionó al país.
“La patria es sólo una”
Lukashenko calificó de doloroso el enfrentamiento entre Wagner y el Kremlin.
“No me esconderé. Fue doloroso ver los últimos acontecimientos en Rusia. No solo para mí sino para muchos ciudadanos. Porque la patria es sólo una”, sostuvo.
Lukashenko, quien está en el cargo ininterrumpidamente desde 1994 y depende del apoyo de Putin para mantenerse en el poder, agregó que su generación tiene la misión de salvar el mundo.
“Nuestra generación está siendo sometida a un examen de fortaleza. Tenemos la misión de salvar el mundo, que se edificó gracias a las vidas de millones de héroes, nuestros padres y abuelos”, dijo.
A la vez, acusó que Occidente solo trata de desviar la atención sobre sus verdaderos planes e intenciones.
En este sentido, afirmó que, “desafortunadamente, nuestros intentos de resolver la situación mediante negociaciones pacíficas, no surtió efecto y (…) costó cientos de vidas humanas”. “Hoy vemos claramente una nueva ola expansionista por parte de la OTAN”, dijo.
“La vida sin guerra es el resultado de un cuidadoso trabajo diario. Los bielorrusos de hoy en día tiene la suerte de haber nacido en un país sin guerra. Pero, como pueblo militar, sabemos muy bien que esto tiene un costo”, dijo.
En ese sentido, advirtió que dio a su Ejército la orden de estar preparado para entrar en combate cuando fuera necesario y que lleva 30 años preparándose para la guerra.
Lukashenko agregó que las autoridades fronterizas registran provocaciones a diario, por lo que confirmó que la construcción de barreras y muros continúa en la frontera.
Prigozhin en Minsk
Lukashenko pronunció su discurso mientras el avión de Prigozhin aterrizaba en un aeródromo en las inmediaciones de la capital bielorrusa Minsk, según medios estatales.
Rusia confirmó que los mercenarios de Wagner que participaron en la rebelión podían sumarse al Ejército regular ruso u otras agencias de seguridad, regresar a sus casas o exiliarse en Bielorrusia.
En ese sentido, en una reunión posterior con su Ministro de Defensa, Lukashenko dijo que Bielorrusia se beneficiaría de la experiencia en combate de los mercenarios de Wagner exiliados.
“Si sus comandantes vienen a nosotros y nos ayudan… (esto es) experiencia. Pasó por ello. Te hablarán de armas: cuáles funcionaron bien, cuáles no. Y tácticas, y armas, cómo atacar, cómo defender. Esto no tiene precio”, dijo Lukashenko.
Por su parte, el Kremlin comenzó a tomar posesión de material militar pesado en poder del grupo paramilitar, en un intento de Moscú de poner bajo su control al grupo mercenario tras su frustrado motín.
Al mismo tiempo el Servicio Federal de Seguridad (FSB) ruso anunció que la causa penal contra las tropas de Wagner ya estaba cerrada. (Infobae/Efe/Afp).