El gobierno uruguayo estima que quedan entre una semana y diez días de agua bebible salvo que haya lluvias intensas, lo que no está pronosticado, el agua dulce de la capital tiene menos de un 2% de disponibilidad, cuando se agote, el abastecimiento se deberá hacer desde una fuente con mayores niveles de salinidad que no se podrá beber.
Una primera advertencia fue del ministro de Ambiente de Uruguay, Robert Bouvier. “El agua no es potable en la definición perfecta de potabilidad”, dijo en referencia a que la medición de los elementos del recurso natural, no se cumplían para catalogarlas de esa manera. “Pero es bebible y consumible”, aclaró, en mayo, en una conferencia de prensa.
Por esos momentos, el agua que llegaba a Montevideo y sus alrededores se empezaba a sentir salada producto del aumento de los niveles de cloruro y de sodio. Casi dos meses después, la situación se proyecta cada vez más comprometida.
Montevideo y el área metropolitana tienen dos grandes fuentes de agua potable: el embalse de Canelón Grande, aportaba unos 10 millones de metros cúbicos de agua pero que quedó seco, y Paso Severino, que se está quedando sin agua. Según el reporte de la Presidencia uruguaya, en Paso Severino quedaban 1,2 millones de metros cúbicos de agua y se utilizan 80.000 por día.
La capacidad total de Paso Severino es de 70 millones, por lo que de esas cifras surge que le queda disponible un 1,7% de agua.
Cuando esta reserva se agote, las autoridades tendrán que aumentar el aporte de fuentes más cercanas al Río de la Plata, que tienen niveles de cloruro y sodio más elevados, por tanto, es más salada.
Los hogares uruguayos destinan la mayor parte del recurso que provee OSE –la empresa estatal encargada del abastecimiento, para lavarse o bañarse y solo el 5% la utilizan para beber, informó el gobierno uruguayo. Esa cantidad deberá ser sustituida por agua embotellada, que el gobierno entrega gratis a casi un tercio de los afectados.
El gobierno de Lacalle Pou propuso al inicio de su mandato la construcción de una nueva planta potabilizadora con una toma de agua al Río de la Plata. En junio, OSE recibió las propuestas de las empresas interesadas en invertir y están en una etapa de análisis.
Pero esa solución es de largo plazo. “Demora dos años. Mientras tanto, no hay un genio que frote la lámpara. Tiene que llover”, dijo el presidente uruguayo.
Al llegar a Puerto Iguazú para participar de una nueva cumbre del Mercosur, el presidente dijo a Canal 5 que “no hay fecha” para que el agua deje de ser bebible, pero aseguró que el gobierno avisará con tiempo.
El Instituto de Meteorología uruguayo pronosticó que habrá un episodio de lluvia en las próximas dos semanas e indicó que está previsto que, entre el miércoles y jueves se registren precipitaciones, pero que no serán relevantes (lloverá entre 10 y 25 milímetros).
Excepto una, todas las líneas de bombeo del agua que llega a Montevideo y sus alrededores tuvieron niveles de cloruro y sodio por encima de los registrados desde mayo, por lo que el agua es cada vez más salada. (Infobae).