El globo, que según Washington contaba con un programa de vigilancia del Ejército de China, sobrevoló territorio estadounidense, tal y como indican informaciones preliminares derivadas de la investigación interna del Gobierno, contaba con materiales fabricados en Estados Unidos.
Una parte de estos equipos, indican las fuentes citadas por el periódico, son de venta libre, si bien el globo contaba además con sensores de fabricación China, lo que podría sostener que se trataba de una misión de espionaje.
El pasado 4 de febrero, un caza estadounidense derribó el globo cerca de la costa del estado de Carolina del Sur. Los servicios secretos estadounidenses, sin embargo, no se mostraron muy preocupados por la información cosechada, al menos de momento.
El FBI abrió posteriormente una investigación sobre el propio globo, los algoritmos del software, los sistemas de energía y el diseño general del aparato a pesar de que las autoridades consideraron que su presencia no constituía una amenaza para las aeronaves comerciales ni la población.
No obstante, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, calificó la intrusión del globo como una clara violación de la soberanía estadounidense y el Derecho Internacional, pospuso entonces su visita a Pekín.
Washington cree que la flota de globos espías tiene su base en la isla de Hainan, en el sur del país, y que en el último año realizó decenas de misiones en los cinco continentes. Seis de estos vuelos habrían sido en el espacio aéreo estadounidense, pero no necesariamente sobre su territorio.
China, por su parte, mantiene que se trata de una sonda meteorológica que se desvió por accidente a pesar de que el aparato contaba con un sistema de dirección de vuelo que fue utilizado cuando se encontraba sobre el estado de Montana. (Europa Press).