Doris Nayva Mamani Carrillo
El aprendizaje efectivo no ocurre en un vacío de contenido (McPeck, 1990). Otros teóricos del pensamiento crítico han argumentado que la enseñanza de habilidades de pensamiento generalizadas y técnicas es inútil fuera de un dominio particular del conocimiento en el que puedan estar conectados unos con otros.
Hoy vemos que la red ofrece mayores oportunidades a los aprendices para bucear cada vez más en busca de conocimientos, para beneficiarse de miles de formatos y contextos.
Con estos flujos de conocimiento, el aprendizaje consiste en “corrientes” distintas de pensamiento, interactivas e interconectadas, que se cruzan con las corrientes de aprendizaje de otras personas. Así se forman “ríos” más grandes del aprendizaje, de los que muchos se pueden beneficiar.
Se habla cada vez más sobre flujos y redes, en lugar de stocks (Seely Brown 2015). La potencia de aprendizaje permite al ser humano regular este flujo de energía e información con el tiempo. Es decir, cómo una persona identifica, selecciona, recopila, manipula y responde a los datos de cualquier tipo, para lograr un fin que le importa.
En este proceso, la alfabetización digital es fundamental para el desarrollo de la educación superior. Las tecnologías digitales, ofrecen nuevas oportunidades para mejorar la enseñanza, el aprendizaje, la investigación y la gestión de las organizaciones. Invertir en las capacidades digitales de los estudiantes y el personal trae beneficios individuales y organizacionales, como:
– Una educación de calidad en formas flexibles e innovadoras.
– La satisfacción de las expectativas y necesidades de la diversidad de los estudiantes, a través de una experiencia de aprendizaje. Se mejora la empleabilidad y las habilidades superiores en una economía digital, atrayendo a más estudiantes en un mercado de la educación global
– Para la mejora de los procesos, los sistemas y la construcción de la capacidad de organización es necesario maximizar las inversiones en las tecnologías de aprendizaje, contenidos y servicio.
En la actualidad, las habilidades digitales se centran en qué y cómo utilizaremos un software que permita a los estudiantes a aprender según su planteamiento personalizado. Por ello el acompañamiento será a su vez más moderado, debido al autoaprendizaje que, como consecuencia, se produce y en el futuro, los puestos de trabajo podrían requerir que las personas desarrollen habilidades flexibles a corto plazo, para transferencia frecuente entre trabajos o tareas. En lugar de enfocarse principalmente en el conocimiento académico específico, enfatizado en las medidas de prontitud actuales o lo que es lo mismo, las titulaciones oficiales van a perder toda su influencia social.
Las habilidades más flexibles, como aquellas enfocadas en el desarrollo socio-emocional, prometen ayudar a los estudiantes a volverse resistentes, reflexivos, resilientes y capaces de formar conexiones y relaciones positivas. Los pasos en esta etapa deberían ser hacia un futuro de Inteligencia Artificial.