En los primeros tres meses del 2023, las exportaciones en términos absolutos disminuyeron 801 millones de dólares mientras que las importaciones aumentaron en 239 millones, en relación al mismo período del 2022. El saldo comercial fue deficitario en 214 millones de dólares, un -126% menor que lo registrado en el primer trimestre de la pasada gestión.
Los datos del Instituto Boliviano de Comercio exterior (Ibce) muestran que las exportaciones cayeron entre el primer trimestre de 2022 a 2023 en -24%, mientras se incrementó las compras en 9%.
Entretanto, el presidente del Colegio de Economistas de Tarija, Fernando Romero Torrejón, realizó un análisis de los datos que presentó el presidente Luis Arce en sus dos años y medio de gestión sobre el comercio exterior, y dijo que fue positivo en 2022, ya que se alcanzó un superávit de 603,4 millones de dólares.
«(
) algo que me llamo la atención fueron los datos de nuestro comercio exterior, donde enfatizo el récord histórico de exportaciones que tuvimos el año pasado, por 13. 652,8 millones de dólares, algo que sin dudas es positivo para nuestra economía, lo malo es que se olvidó de la otra cara de la moneda, nuestras importaciones. El año 2022 importamos, también con un récord histórico, un monto total de 13.049,4 millones, existiendo un superávit comercial anual de 603,4 millones, diferencia pequeña a nuestro favor», puntualizó.
Asimismo, sostuvo que llama la atención que desde agosto de 2022 a marzo de 2023, cada mes se presentó un déficit comercial, llegando a un valor acumulado por 1.408 millones de dólares; comparando marzo de 2023 con marzo 2022, nuestras importaciones crecieron en un 17% y nuestras exportaciones descendieron en 20%, la tendencia es a importar más en volumen y sobre todo en valor.
Revisando los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en su boletín COMEX de abril 2023, la mayoría de nuestras «grandes categorías económicas presentaron» el año pasado un saldo comercial negativo; el 2022 la «industria manufacturera» fue el principal sector económico que exporto del país, con 6.931,5 millones de dólares, este 2023 ya tiene un valor acumulado por 1.294,3 millones, gracias a los buenos precios en los mercados internacionales, sostuvo.
En el caso de «combustibles y lubricantes» importamos 4.319,7 millones de dólares, un 92% más que el 2021, fue el rubro con mayor gasto en importación de Bolivia, la gestión pasada; comparando marzo de 2023 con marzo 2022, nuestras compras crecieron en un 19%, este año, de enero a marzo, ya gastamos 711,6 millones en la compra de carburantes para nuestro país, significando una importante salida de divisas, analizó.
En el otro lado de la balanza del sector hidrocarburífero, el «gas natural», el año 2022 decreció su exportación en un 32%, de marzo 2022 a marzo 2023 su venta al exterior cayó en un 21%; este año, hasta marzo, exportamos un valor de 575.2 millones de dóalres, lo cual evidentemente nos da un déficit en el sector, más compra de diésel y gasolina y menos venta de gas natural, lamentó.
Por otra parte, el Ibce señala que en el primer trimestre del 2023, los principales países de destino para las exportaciones fueron: Brasil con el 18% de participación, seguido de India (13%), y Argentina (10%); mientras que entre los principales proveedores de Bolivia se encuentran: China representando el 20% del total importado, secundado por Brasil (17%) y Argentina (12%). – El mayor superávit comercial se registró con India con 269 millones de dólares, por su parte el mayor déficit comercial lo obtuvo con China (-350 millones de dólares).
Precios
Mientras tanto un informe del Banco Mundial en su informe perspectivas de los mercados de productos básicos señala que en la presente gestión se registrará la mayor caída de los precios de los productos básicos desde la pandemia.
Se espera que baje los precios de los productos básicos en 2023 en 21%. Esta será la caída más pronunciada desde el inicio de la pandemia, señala el Banco Mundial.
Según la edición más reciente del informe Commodity Markets Outlook (Perspectivas de los mercados de productos básicos) del Banco Mundial, se prevé que este año el ritmo de descenso de los precios de los productos básicos a nivel mundial será el más acelerado desde el inicio de la pandemia de COVID-19, lo que empaña las perspectivas de crecimiento de casi dos tercios de las economías en desarrollo que dependen de las exportaciones de ese tipo de productos.
No obstante, se estima que la caída de los precios no brindará demasiado alivio a los casi 350 millones de personas de todo el mundo que sufren inseguridad alimentaria. Si bien se prevé que los precios de los alimentos caerán un 8 % en 2023, serán los segundos más altos desde 1975. Además, desde febrero de este año, la inflación anual de los precios de los alimentos se ubica en un 20 % en todo el mundo, el porcentaje más alto de las últimas dos décadas.
«El alza de los precios de los alimentos y de la energía luego de la invasión de Rusia a Ucrania pudo superarse, en gran medida, gracias a la desaceleración del crecimiento económico, a un invierno moderado y a las reasignaciones en el comercio de productos básicos», afirmó el economista en jefe y vicepresidente sénior de Economía del Desarrollo del Banco Mundial, Indermit Gill.
«Sin embargo, esto es poco consuelo para los consumidores de muchos países. En términos reales, los precios de los alimentos seguirán manteniéndose en uno de los niveles más altos de las últimas cinco décadas. Los Gobiernos deben evitar aplicar restricciones comerciales y proteger a sus ciudadanos más pobres mediante programas de apoyo a los ingresos, en lugar de establecer controles de precios», puntualizó.
En general, se prevé que, en 2023, los precios de los productos básicos disminuirán un 21 % respecto del año pasado. Según las proyecciones, los precios de la energía caerán un 26 % y el precio del petróleo crudo alcanzará un promedio de 84 dólares el barril, un 16 % menos que el promedio de 2022.
Se prevé que los precios del gas natural de Europa y Estados Unidos se reducirán a la mitad entre 2022 y 2023, mientras que los del carbón disminuirán un 42 % en 2023. Asimismo, según las proyecciones, los precios de los fertilizantes caerán un 37 %, lo que representa la mayor baja anual desde 1974. Sin embargo, todavía se mantienen cercanos a su último máximo observado durante la crisis de los alimentos de 2008-09.
«La caída de los precios de los productos básicos del año pasado ha ayudado a reducir la inflación general en todo el mundo. Sin embargo, las autoridades de los bancos centrales deben mantenerse atentas, ya que una amplia variedad de factores, como una oferta de petróleo inferior a la prevista, una recuperación de China más centrada en los productos básicos, una intensificación de las tensiones geopolíticas o condiciones climáticas desfavorables, podrían impulsar los precios al alza y reavivar las presiones inflacionarias», advierte el economista en jefe adjunto y director del Grupo de Perspectivas del Banco Mundial, Ayhan Kose.
«Se estima que los precios de los metales, que experimentaron un ligero aumento a principio de año, caerán un 8 % respecto del año pasado, principalmente, debido a la escasa demanda mundial y a la mejora en los insumos», aseguró con firmeza el economista principal del Grupo de Perspectivas del Banco Mundial, Valerie Mercer-Blackman.
«No obstante, a más largo plazo, la transición energética podría generar un aumento significativo de la demanda de algunos metales, en especial, litio, cobre y níquel», agregó.