Decenas de miles de fieles asistieron ayer a la misa de Pascua en la plaza de San Pedro del Vaticano, tras la cual el papa Francisco pronuncia su tradicional bendición “Urbi et Orbi” (“a la ciudad y el mundo”), en la que se refirió a los conflictos que afectan al planeta.
Francisco habló de la situación en Nicaragua, donde el régimen de Daniel Ortega deportó a religiosos católicos y condenó a 26 años de prisión al obispo Rolando Álvarez. “Sostiene, Señor, a las comunidades cristianas que ayer celebraron la Pascua en circunstancias particulares, como en Nicaragua y en Eritrea, y acuérdate de todos aquellos a quienes se les impide profesar libre y públicamente su fe”, imploró.
Medios y sacerdotes nicaragüenses aseguraron que el gobierno prohibió las tradicionales procesiones de Semana Santa en las calles, aunque oficialmente no se informaron restricciones sobre el particular. El Monitoreo Azul y Blanco, cuyos reportes son avalados por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), reportó que nueve feligreses que participaron de festividades de Semana Santa y un periodista que dio cobertura a una procesión católica fueron detenidos.
También se esperaba que el mensaje del santo padre evoque la invasión de Rusia a Ucrania, como lo hizo en el año 2022, así como el aumento de las tensiones en Oriente Medio.
“Ayuda al pueblo ucraniano en el camino hacia la paz e infunde la luz pascual sobre el pueblo ruso”, pronunció el líder católico en su mensaje. “Conforta a los heridos y a cuantos perdieron a sus seres queridos a causa de la guerra, y haz que los prisioneros puedan volver sanos y salvos con sus familias”, agregó.
“Abre los corazones de toda la comunidad internacional para que se esfuerce por poner fin a esta guerra y a todos los conflictos que ensangrientan al mundo, comenzando por Siria, que aún espera la paz”, indicó Francisco ante los fieles.
El Santo Padre pidió también por las víctimas de los terremotos en Turquía y Siria, así como por los “problemas económicos y sociales” en Túnez. Además, pidió a Dios que dirija su mirada sobre Haití, que está sufriendo desde hace varios años una grave crisis sociopolítica y humanitaria.
En cuanto a las tensiones entre Israel y Palestina, Francisco dijo: “Expreso mi profunda preocupación por los ataques de estos últimos días, que amenazan el deseado clima de confianza y respeto recíproco, necesario para retomar el diálogo entre israelíes y palestinos, de modo que la paz reine en la Ciudad Santa y en toda la región”.
Sobre el cierre, pidió por los refugiados, deportados, prisioneros políticos y a los migrantes, así como a todos aquellos que sufren a causa del hambre, la pobreza y los nefastos efectos del narcotráfico, la trata de personas y toda forma de esclavitud.
Francisco, cuya salud es cada vez más frágil y se desplaza en silla de ruedas debido a dolores en una rodilla, fue al contacto de los fieles durante un recorrido en papamóvil en la plaza San Pedro.
El sábado por la noche, el papa de 86 años, que estuvo hospitalizado la semana pasada, presidió la misa de la Vigilia Pascual en la basílica de San Pedro de Roma durante dos horas y media, en presencia de unas 8.000 personas.
El papa Francisco invitó a redescubrir la memoria que regenera la esperanza frente al poder del mal las lógicas del cálculo y de la indiferencia que parecen gobernar la sociedad, el cáncer de la corrupción, la propagación de la injusticia, los vientos helados de la guerra.
Su resistencia pareció mantenerse durante la vigilia, que duró más de dos horas, aunque Francisco a veces tosía o se aclaraba la garganta.
La misa durante la vigilia del día más importante del cristianismo se convirtió en una ocasión para que los pontífices bauticen a adultos de distintas partes del mundo. Este año fueron seleccionados ocho, de Albania, Estados Unidos, Nigeria, Italia y Venezuela, informó la Santa Sede.
El viernes, debido al frío, el papa anuló su participación en el tradicional Vía Crucis organizado en el Coliseo de Roma, pero presidió la celebración de la Pasión.
La Semana Santa y Pascua, que conmemoran la muerte y la resurrección de Jesús, son los momentos más destacados del año en el calendario católico.
De esta forma la autoridad religiosa terminó las actividades de Semana Santa de la presente temporada, aunque con un estado de salud muy débil y los constantes chequeos médicos a la que estuvo sujeto durante todo este tiempo desde que fue internado en el hospital hace más de una semana atrás.
Sim embargo se tiene previsto que en estos días las revisiones médicas y su asistencia a los controles continuarán hasta su total restablecimiento tal como señalaron los personeros del vaticano encargados de velar por la salud del papa Francisco.
La ardua labor que desempeñó desde el jueves santo al papa, le dejó cansado físicamente lo que provocó que inclusive no asista a la procesión del viernes santo, actividad que fue seguida solamente de la santa sede. (Infobae).