Por: Lic. Héctor Molina
¿Qué es el lenguaje?
El lenguaje es una facultad cognitiva que permite a los seres humanos comunicarse entre sí mediante un sistema estructurado de signos, tanto verbales como no verbales. Este sistema puede ser hablado, escrito, o incluso gestual (como en el caso de las lenguas de señas). El lenguaje es fundamental para la interacción social y la transmisión cultural, ya que es a través de él que se comparten conocimientos, experiencias y valores.
Características del lenguaje
La relación entre los signos lingüísticos (palabras, sonidos) y su significado es arbitraria, es decir, no hay una conexión lógica o natural entre ellos. Por ejemplo, no hay una razón intrínseca por la que el objeto que llamamos «mesa» deba ser denominado así; en otro idioma, como en inglés, se llama «table».
Esta arbitrariedad permite que diferentes idiomas existan y evolucionen de manera independiente.
El lenguaje tiene dos niveles de estructura:
Esta característica permite la creación de un número infinito de palabras y oraciones a partir de un conjunto finito de sonidos.
Los hablantes de una lengua pueden generar y entender un número ilimitado de oraciones nuevas y originales, incluyendo aquellas que nunca antes han escuchado. Esto es posible gracias a las reglas gramaticales y sintácticas que estructuran el lenguaje.
La productividad del lenguaje permite una comunicación dinámica y adaptable, esencial para la evolución cultural y la creatividad humana.
El lenguaje permite referirse a cosas y eventos que no están presentes en el tiempo o el espacio. Se puede hablar del pasado, del futuro, de lugares lejanos, o de conceptos abstractos.
Esta capacidad es única del lenguaje humano y permite la planificación, la narración de historias, y la transmisión de conocimiento histórico y cultural.
Los seres humanos tienen la capacidad de usar el lenguaje para comunicar información falsa o para mentir.
Aunque a menudo se considera una característica negativa, esta capacidad demuestra la complejidad del lenguaje y su función en las interacciones sociales.
El lenguaje permite a los hablantes reflexionar sobre el propio lenguaje, es decir, usar el lenguaje para hablar sobre el lenguaje (metalingüística).
Esta característica es crucial en la lingüística, la enseñanza de idiomas, y en la capacidad humana para analizar y mejorar la comunicación.
Los hablantes pueden alternar roles entre emisor y receptor en la comunicación. Cualquier hablante puede producir y comprender los mismos mensajes.
Esta flexibilidad es clave para el diálogo y la interacción social.
El lenguaje es aprendido y transmitido culturalmente, no es innato. Aunque la capacidad de adquirir lenguaje es innata, el idioma específico y sus reglas se aprenden a través de la interacción social.
Esto significa que el lenguaje está profundamente ligado a la identidad cultural y social de los individuos.
El lenguaje es un sistema organizado y regido por reglas gramaticales y sintácticas que determinan cómo se forman las palabras y las oraciones.
Esta sistematicidad permite la coherencia y la comprensión mutua entre los hablantes de una lengua.
En tal sentido, el lenguaje es una herramienta poderosa y compleja que distingue a los seres humanos de otras especies. Sus características reflejan tanto la estructura interna del sistema lingüístico como su función en la comunicación y la cultura. Entender estas características es esencial para el estudio de la lingüística y para comprender cómo los seres humanos interactúan, piensan y se desarrollan en sociedad.