Saravia explicó que ser liberal es poner al individuo como el ente supremo de la sociedad, no al colectivo sino a la persona y para respetar su proyecto de vida el liberalismo le otorga todas las facilidades para desarrollar sus objetivos, como son la propiedad privada, mercados libres, apertura al comercio internacional, cero barreras a la exportación e importación, tolerancia a cada quien, entre otros postulados.
“Los países que han abrazado la libertad económica son los más exitosos. Los pobres en los países con mayor libertad económica tienen once veces el ingreso de los pobres en los países con menor libertad económica, y la esperanza de vida es 15 veces más”, ejemplificó.
Pero el liberalismo no solo es una corriente económica sino que hace a la esfera moral de la sociedad.
En su criterio, la unidad de la oposición no es el camino si no existen coincidencias y un paradigma alternativo al modelo que plantea el Movimiento al Socialismo (MAS) hace casi dos décadas.
Unirse solamente para sacar al MAS no es ser oposición sino opasición, expuso el docente de Economía y director del Centro para el Estudio de la Economía y la Libertad de la Universidad Mercer de Estados Unidos.
Saravia también señaló que el ciudadano boliviano es liberal en su práctica diaria, como sucede con el modelo de Santa Cruz o El Alto, pero también se reconoce la contradicción que a la hora de votar los ciudadanos se inclinan por pedir más estatismo.