Los 15 miembros del Consejo se reunieron para tratar lo que Pyongyang calificó de lanzamiento de su mayor misil balístico intercontinental, el Hwasong-17, el jueves. Corea del Norte está sometida a sanciones de la ONU por sus programas nuclear y de misiles desde 2006.
China y Rusia culpan a los ejercicios militares conjuntos de Estados Unidos y Corea del Sur de provocar a Pyongyang, mientras que Washington acusa a Pekín y Moscú de envalentonar a Corea del Norte protegiéndola de más sanciones.
El Secretario General de la ONU, António Guterres, «sigue profundamente preocupado por las divisiones que han impedido a la comunidad internacional actuar en este asunto», dijo un alto funcionario de la ONU en la reunión.
La embajadora adjunta de Rusia ante la ONU, Anna Evstigneeva, calificó la actividad militar de Estados Unidos y Corea del Sur de «sin precedentes», mientras que el embajador adjunto de China ante la ONU, Geng Shuang, puso en duda que se tratara de ejercicios defensivos y los culpó de aumentar las tensiones.
«Estos ejercicios son de larga duración, son rutinarios. Son de naturaleza puramente defensiva… Estados Unidos no alberga ninguna intención hostil hacia la RPDC», dijo la embajadora estadounidense ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, utilizando su nombre formal, República Popular Democrática de Corea.
Durante los últimos años, el Consejo ha estado dividido sobre cómo tratar a Pyongyang. Rusia y China, con derecho de veto junto con Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia, han dicho que más sanciones no ayudarán y quieren que se suavicen las medidas. Geng dijo que se trataba de un gesto de buena voluntad para intentar crear condiciones favorables a la distensión.
Thomas-Greenfield dijo que levantar las sanciones de la ONU recompensaría a Pyongyang «por no hacer nada para cumplir las resoluciones del Consejo de Seguridad». Acusó a Pyongyang de privar a los norcoreanos de la necesaria ayuda humanitaria. (Reuters)