Estados Unidos confirmó ayer un nuevo paquete de ayuda militar para Ucrania por $us 1.300 millones, que incluirá cuatro sistemas de defensa aérea NASAM, municiones relacionadas, misiles antitanques TOW, proyectiles de artillería de 152 mm, aviones no tripulados y sistemas anti drones, entre otros equipos y vehículos.
Este envío forma parte del plan emprendido por la Administración de Joe Biden hace más de un año, con el que busca satisfacer las «necesidades urgentes de Ucrania mediante la asignación de capacidades críticas a corto plazo» así como asistir en la «construcción de la capacidad duradera de las Fuerzas Armadas» de Kiev, explicó el Departamento de Defensa en un comunicado.
No obstante, los equipos no serán enviados al frente de batalla de inmediato, sino que llegarán al país más adelante dado que, tal como establece la iniciativa de Asistencia a la Seguridad de Ucrania, Washington adquiere estas máquinas de las industrias de defensa de sus socios y no forman parte de su arsenal ya disponible para protección nacional.
De todas formas, Estados Unidos no está preocupado por la tardanza de estos envíos ya que, asegura, las tropas de Zelensky tienen reservas «significativas» aún no comprometidas para su contraofensiva. «En este momento están preservando su potencia de combate y están trabajando lenta y deliberadamente y de manera constante su camino a través de todos estos campos de minas. Es una lucha dura», señaló el jefe del Estado Mayor conjunto de Washington, el general Mark Milley.
La Casa Blanca ha sido -junto con los aliados de la OTAN- uno de los grandes sustentos de las fuerzas ucranianas desde el inicio de la guerra, en febrero de 2022. El Pentágono ya lleva proporcionados más de 42.000 millones de dólares en ayudas al país bajo el USAI, que se dieron en siete tramos distintos y gracias a lo cual el aprovisionamiento se mantuvo constante en todo momento.
El anuncio del nuevo paquete se dio una semana después de que los aliados estuvieran reunidos en una cumbre de la Alianza transatlántica en Vilna, en la que la ayuda a Kiev fue el tema central abordado por todos los miembros del bloque. En este encuentro, todos ratificaron su compromiso con la defensa del país y anunciaron, también, más refuerzos para Zelensky.
Inclusive, Washington siguió enviando señales a Ucrania y, este miércoles, el secretario de Defensa Lloyd Austin reiteró que los esfuerzos para reforzar las fuerzas de Kiev están lejos de haber terminado.
«Les recuerdo que (…) esto no ha terminado, seguimos generando poder de combate» con tres brigadas actualmente siendo entrenadas y equipadas en Alemania y «otros entrenamientos en curso alrededor de la región», dijo y agregó: «Nuestro trabajo continúa y vamos a hacer todo lo que podemos para asegurarnos de que los ucranianos puedan tener éxito».
Por otro lado, el jefe del Estado Mayor conjunto, el general Mark Milley, se negó a hacer lugar a las críticas por la lentitud de la contraofensiva y comentó, por el contrario, que es «demasiado pronto» para juzgar la operación como un fracaso y sostuvo que el proceso «va a ser largo, va a ser duro, va a ser sangriento». (Infobae/AFP)